sábado, 4 de diciembre de 2010

DE: MARÍA DE LOS ÁNGELES ... "Tener Cincuenta o Sesenta en El Siglo XXI" ...


Hoy la gente de 50 - 60, como es su costumbre, 
está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE.
Antes los de esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, 
hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, 
porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias, y ellos lo saben.
La gente de 50 y 60 de hoy, celebra el sol cada mañana 
y sonríe para sí misma muy a menudo...
Quizás, por alguna razón secreta que sólo saben y sabrán 
los de cincuenta o sesenta en el siglo XXI.



Si miramos con cuidado, podemos detectar la aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene entre cincuenta y sesenta años.


Es una generación que ha pateado fuera del idioma la palabra "sexagenario", porque sencillamente, no tiene entre sus planes actuales el hecho de envejecer.


Se trata de una verdadera novedad demográfica, parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que también fue una franja social nueva, que surgió a mediados del siglo veinte, para dar identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.


Este nuevo grupo humano, que hoy ronda los cincuenta - sesenta, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.


Son hombres y mujeres independientes, que trabajan desde hace mucho tiempo, y han logrado cambiar el significado tétrico, que tanta literatura le dió durante décadas al concepto del trabajo.


Supuestamente debe de ser por ésto que se sienten plenos... ¡algunos ni sueñan con jubilarse!...


Dentro de ése universo de personas saludables, curiosas y activas... ¡la mujer tiene un papel rutilante!...


Ella trae décadas de experiencia de hacer su voluntad, cuando su madre sólo podía obedecer, y de ocupar lugares en la sociedad, que su madre ni habría soñado con ocupar.


Esta mujer, pudo sobrevivir a la borrachera de poder que le dió el feminismo, y en determinado momento de su juventud en el que los cambios eran tantos, pudo detenerse a reflexionar qué quería en realidad.


Algunas se han ido a vivir solas, otras estudiaron carreras que siempre habían sido exclusivamente masculinas; otras eligieron tener hijos, otras son periodistas, atletas, o crearon su propio "YO S.A.". Pero cada una, ha hecho su voluntad...


Reconozcamos que no fué un asunto fácil, y todavía lo van diseñando cotidianamente.


Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas.


Por ejemplo, que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de cincuenta y sesenta, maneja la compu como si lo hubiera hecho toda la vida.


Se escribe, y se ve, con los hijos que están lejos, y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar con sus amigos, y les escriben en e-mails sus ideas y vivencias.


Por lo general están satisfechas de su estado civil, y si no lo están, no se conforman y procuran cambiarlo. ¡Raramente se deshacen en un llanto sentimental!...


¡A diferencia de los jóvenes... ellos conocen y ponderan todos los riesgos!...


Nadie se pone a llorar cuando pierde: a lo sumo, sólo reflexiona y toma nota.


La gente grande, comparte la devoción por la juventud y sus formas superlativas, casi insolentes, de belleza, pero no se sienten en
retirada.


¡Compiten de otra forma, cultivan su propio estilo!...


Ellos no envidian, la apariencia de jóvenes astros del deporte, o de los que lucen un traje Armani... ni ellas sueñan con tener la figura tuneada de una vedette.


En lugar de eso, saben de la importancia de una mirada cómplice, de una frase inteligente, o de una sonrisa iluminada por la experiencia.


Hoy la gente de 50 - 60, como es su costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE.


Antes, los de ésa edad eran viejos y hoy ya no lo son. Hoy están plenos física e intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la juventud también está llena de caídas y nostalgias, y ellos lo saben.


La gente de 50 y 60 de hoy, celebra el sol cada mañana, y sonríe para sí misma muy a menudo... Quizás, por alguna razón secreta, que sólo saben y sabrán los de cincuenta o sesenta en el Siglo XXI...


Por: María de los Ángeles


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