jueves, 24 de abril de 2014

Fuente: detrasdeloaparente.blogspot.com.ar - "EL GRAN ERROR"...



El enemigo, aquel extraño y oculto personaje, aquel que atenta contra nuestras vidas, conceptos e ideas, que nos desvela por las noches, y nos preocupa por el día, aquel que nos manipula, engaña y miente, aquel que nos acongoja, presiona y deprime, aquel que nos somete y atemoriza, el enemigo por el cual estamos dispuestos a enfrentar en batalla, a combatir hasta la victoria o la muerte, y del cual desconocemos su verdadero plan e intención, ese que se oculta en el centro de los círculos de poder, ancestral y poderoso, ese enemigo nuestro...cuan equivocados estamos!!! 

Pensamos que hay que enfrentar y combatir al poder en las sombras, a la élite gobernante, y a sus fieles representantes, destruirlos y tratar de cambiar las cosas, llegando hasta el interior para desenmascarar a aquellos que se ocultan en el centro de los círculos concéntricos de poder, los programadores, los enemigos, creemos que la batalla es con ellos, que podremos vencerlos, doblegarlos, someterlos, y ese es el gran error, porque el enemigo no son ellos, somos nosotros mismos, nosotros vulnerables máquinas de carbono somos el enemigo, está dentro de nosotros, oculto en nuestra programación, fieles siervos de sus deseos, esclavos de nuestros temores, incapacitados de actuar y pensar por nosotros mismos, manejados por su mejor arma, el miedo, miedo al cambio, miedo al qué dirán, miedo a la soledad, miedo a equivocarse, miedo a decidir, miedo al prójimo, miedo al amor, miedo al miedo

Si queremos alguna vez, lograr ser libres, la primera batalla que tenemos que enfrentar es la batalla con nosotros mismos, nuestro enemigo interior, nuestros temores, nuestra programación, nuestra inseguridad, nuestra estupidez. 

Dije que ellos no pueden destruirnos, porque nos necesitan, pero nosotros si podemos destruirnos como máquinas de carbono para renacer como Humanos, si ganamos nuestra batalla ganamos la guerra, porque quedarán solos, sin nadie a quien manipular, engañar, asustar, serán reyes sin reino, emperadores sin súbditos, serán ellos los esclavos de su propia naturaleza, porque su creación resulto ser su perdición

Es preciso entender esto, para tratar de lograrlo y luego poder decidir cómo seguir, si siempre dependemos de alguien que nos diga que hacer, nunca lograremos la victoria, porque siempre aparecerá la duda, la indecisión, la inseguridad, solo consiguiendo la certeza podremos enfrentar la batalla final, y esta se otorga como medalla después del combate, solo entonces podremos hacer lo que tengamos que hacer, sin dudas ni culpa, porque tendremos la seguridad que es lo correcto, y que todos marchamos al unísono para un fin en común, levantando la bandera de la verdadera libertad. 


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Por Sarah Varcas - SATORI CÓSMICO ...




 23 de abril de 2014 a la(s) 10:59

"A medida que la Cruz Cardinal alcanza exactitud nos encontramos con la oportunidad de dar un paso fuera de la conciencia y las preocupaciones de cada día hacia un paisaje totalmente nuevo, en el que los cuatro elementos, aire (Marte en Libra), fuego (Urano en Aries), agua (Júpiter en Cáncer) y tierra (Plutón en Capricornio), presentan todo lo que necesitamos para comenzar de nuevo si optamos por hacerlo.

Este evento cósmico trae la noción de satori a la mente: la experiencia del despertar como se enseña en la tradición Zen budista, que a veces no se plantea como una liberación bienvenida sino como una fuerza de tal poder que destroza todo lo que es conocido dejando a su paso al despierto efectivamente roto, pero libre. Satori encarna el trauma del despertar, el quiebre del ser y el alma en el momento del reconocimiento de que ambos son dioses falsos diseñados para mantenernos a salvo en nuestras estrechas, pequeñas vidas. Si comparamos esto con el objetivo de reemplazar un ser indeseable por otro más deseable, inherente a muchas enseñanzas espirituales, podemos llegar a apreciar el orden de experiencia totalmente diferente disponible para nosotros ahora.
El monje trapense Thomas Merton describió una vez al amor como "la única fuerza revolucionaria capaz de producir algo nuevo".

Estas palabras también resuenan con la energía de esta semana, porque el amor es la fuerza bruta de este potencial de transformación que nosotros, la raza humana, hemos tratado de reducirlo a corazones y flores, a yo te rasco la espalda si rascas la mía, y a la condicionalidad que exige todo tipo de sobornos antes de hacer el compromiso. Las fuerzas cósmicas alineadas ahora se burlan de tales asociaciones inconsecuentes con la fuerza más poderosa en el universo y no las tolerarán más.

A medida que transitemos a través de esta semana inmersos en los rayos de esta rara alineación, podríamos pasar por alto con demasiada facilidad la importancia vital de este momento. Podemos seguir buscando refugio en lo familiar, permitiendo el cambio, pero sólo en la medida en que nos sintamos cómodos con él: cambio condicional en nuestros términos. O podemos buscar una experiencia de transformación que venga como un regalo, satisfaciendo nuestras necesidades para que se vea y se sienta de cierta manera, llevándonos a un destino en particular. Pero cualquiera y todas las nociones preconcebidas de lo posible deben estar abiertas a retos en este momento, listos para ser sacados del agua en todo momento para hacer espacio para un completo orden de experiencia, de la que no podemos imaginarnos sino hasta que haya llegado.

Esta es una época revolucionaria, no hay duda al respecto. Conceptos y expectativas viejas están siendo destrozadas, no importa que tan sagradas pudieran haber sido para nosotros. La vida no es lo que pensamos ni lo que somos. La fuerza de la vida se eleva hasta tomar control de nuestras vidas, sin tabúes y con poco respeto por lo que pensamos que "debería" estar ocurriendo en estos momentos.

Y en tiempos de tal espíritu revolucionario, como Thomas Merton reconoce, el amor es un aliado vital, "laúnica fuerza capaz de producir algo nuevo”. Porque si no podemos suavizar nuestros bordes del ego para permitir una perspectiva radicalmente nueva o abrazar a los demonios dentro de nosotros mismos y de los demás, en realidad nada cambia. Todo lo que hacemos es volver a crear a partir de los mismos ingredientes viejos, creyéndonos que seremos formados como nuevos.

Este momento no volverá a nosotros. Habrá otros en su momento, de un orden y una resonancia diferente, para ayudarnos a avanzar a través de los aspectos más intransigentes de nuestra psique, pero esta oportunidad en particular es una forma rara y valiosa. Si somos capaces de abrirnos a su energía y decidimos permitir que el cambio sea lo que es necesario y no lo que nosotros ordenamos que sea, podemos descubrir que el despertar es más poderoso de lo que jamás concebimos, ni de lo que pudiéramos imaginar. Que este introduce completamente un nuevo orden de ser que no tiene que ver con felicidad, satisfacción personal o vivir la vida que queremos. En cambio, el despertar se nos revela ahora como la esencia misma de la entrante era de Acuario que exige que vivamos en un estado de confianza radical, en un reconocimiento de que si podemos soñarlo, es demasiado pequeño para estos tiempos y que si lo queremos con todo nuestro corazón, entonces nuestro corazón aún necesita expandirse más allá de sí.

Lo que sea que creamos que es la transformación y el despertar, la Cruz Cardinal trae un nuevo comienzo que desafía todas las nociones, que nos recuerda que saber es limitar la posibilidad y creer es imponer una forma a un universo que ni siquiera hemos comenzado a entender ".


Por Sarah Varcas


Traducción: Esther Abreu

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Fuente: detrasdeloaparente.blogspot.com.ar - " INCONSCIENCIA" ...





No todo es como quisiéramos que sea, y gran parte del problema es que nosotros no aceptamos que la realidad sea diferente a como nosotros nos gustaría que sea, y la rechazamos, nos revelamos, pataleamos, nos enojamos, buscamos respuestas, le damos vueltas y más vueltas intentando de que encaje en nuestros particulares guiones de deseos e ilusiones de nuestro ego. La realidad es lo que es, y por más que tratemos de adaptarla a nuestras creencias y deseos, no se adaptará. El 90% de la humanidad vive renegando de cómo es la realidad porque fue educado como el máximo exponente de la creación de Dios, y no acepta su papel actual en esta obra. Hoy veremos parte de este lamentable hecho, donde el hombre se cree la cúspide de la creación cuando en realidad es uno de los primeros escalones de la imperfección. 

Siempre dije que si pudieran ver realmente como es la realidad, no podrían soportarlo, pues su bagaje arquetípico y su andamiaje psicológico no están preparados para aceptar verdades sino para comprar mentiras. Los manicomios están llenos de sujetos que vieron la realidad sin estar preparados. Me doy cuenta que les cuesta aceptar la fragilidad que implica ser humano, les cuesta aceptar que hasta que no tomemos la responsabilidad de nuestras existencias, dependemos del poder de otros que la tomaron y que mal o bien, nos guste o no, son los que dirigen el curso de los acontecimientos de nuestras vidas, pues nosotros no nos hacemos cargo de nosotros mismos y existimos de una forma completamente inconsciente e irresponsable, subestimando todo aquello que no comprendemos y creyendo que podemos afrontar vicisitudes que, cuando aparecen, pueden acarrear grandes costos que no estamos dispuestos a pagar. No aceptamos que necesitamos protectores desde nuestra conexión hasta nuestra desconexión, porque no tenemos la responsabilidad de cuidar nuestro avatar, nuestro vehículo en este espacio matricial. No aceptamos que necesitamos protecciones artificiales porque no tenemos los suficientes escudos para detener energías que buscan apoderarse de lo que nosotros rechazamos porque renegamos de nuestra materia, porque el deseo de trascendencia es más fuerte que la voluntad de conseguirla y nos creemos poderosos en un mundo de monos, donde el más fuerte es rey, pero en un mundo donde todos se creen reyes, terminan siendo todos monos con coronas de papelLa inconsciencia hacia nosotros y nuestro entorno es el estado natural por comodidad de nuestro ego, es el estado donde nuestra consciencia artificial se siente cómoda, resguardada de la verdadera realidad y donde nuestros deseos pueden explayarse libremente sin temor a ser descubiertos por nuestro Ser y convertidos en patéticas ilusiones. 

Cuando fue creada la vida consciente en el universo, en el primer choque (fa-mi) de la primera octava descendente de creación, el Do crea al SER, y éste como arquetipo de toda la vida consciente del universo, es quien representa la mayor jerarquía después del Do, pero ese SER, no es el Ser al que estamos conectados, sino del que se desprenden todos los Seres de este universo, y nosotros, como avatares de algunos de esos Seres, somos la mínima expresión de la vida inconsciente intentando ser consciente. No somos la cúspide de la creación, sino el piso de la misma y el problema es que nos creemos lo máximo, el techo. Como la mínima expresión de la inconsciencia de la creación que somos, nosotros tenemos algo deseado por aquellos que están sobre nosotros en consciencia, disponemos aún de centros de control primitivos que nos conectan con las emociones de este plano existencial, generadas por procesar todo con la medida de nuestros propios deseos. Cuando algo no cuadra con nuestros deseos, no nos gusta y no lo aceptamos, surgiendo por un instante el falso orgullo del “yo soy lo máximo de la creación y esto no puede ser así”. Una vez dije que el Do no es consciente de nosotros hasta que nosotros no somos conscientes de él, y que necesitamos ser reconocidos haciéndole saber que existimos, la forma de que esto suceda es siendo responsables y aceptar que la existencia es como es y no como nos gustaría que sea. Esta irresponsabilidad nuestra hacia la creación, es el espejo por el cual nuestro reflejo llega a los mundos superiores, viendo nuestra existencia como un colectivo de mecánicas consciencias artificiales que existen sin vivir. 

Si bien todo esto es bastante desalentador para aquel que tiene una gran autoestima, está el valor agregado del asunto, la apuesta a largo plazo del humano, su transformación en Dragón, que es posible porque ahora ellos están aquí intentando que nosotros lleguemos a ellos, que somos nosotros en el futuro de esta humanidad y esta línea temporal. Aunque la inconsciencia aún rige nuestra existencia, la voluntad de obtener la consciencia es grande y depende de la responsabilidad que tomemos ante este desafío que no termina con esta existencia. Comencemos aceptando nuestro lugar en la creación, y dejemos de creernos lo que todavía no somos pero podemos llegar a ser. “El poder más grande radica en aceptar nuestra propia inconsciencia y ver lo indefensos e imperfectos que somos para defendernos de aquellos que lo saben”, pues un hombre consciente de su inconsciencia es un Humano que no compra sus propias mentiras de Supermán, porque sabe que no lo es, pero puede llegar a serlo.


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