sábado, 7 de septiembre de 2013

DE AURELIA LOUISE JONES y ADAMA -- "TRANSICIÓN DEL ALMA -DENOMINADA "MUERTE"- Y PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS EN LOS TIEMPOS POR VENIR"...


 Porque pronto habrá tantos cambios en este planeta, y muchas almas han tomado la opción consciente, a nivel del alma, de dejar su encarnación física en este tiempo, sé que muchos de ustedes estarán encarando la transición física de uno o más de vuestros seres amados. Ellos son los que han tomado, en este determinado tiempo de su evolución, una opción distinta a la suya para la trayectoria de su alma, y es mi deseo animarles para que empiecen a ver la transición del alma que ustedes llaman “muerte” desde una perspectiva diferente. 


Todos ustedes saben que no hay tal cosa como la llamada “muerte”. Por supuesto hay una transición del alma de una experiencia humana en un cuerpo físico a otro estado, percibida como muerte, pero en última instancia, esto es para el alma simplemente una transición. 

Para dicho ser es casi siempre un tiempo de gran alegría, ofrecimiento, libertad y reunión con otros aspectos de uno mismo. Es un tiempo de liberación, reflexión y nuevos inicios, y nunca un acontecimiento catastrófico. 

Una vez que usted entienda completamente esto, no se permitirá un período de aflicción, pues esto es la manera en que honramos la energía de los que se han ido, pero nunca jamás se sentirá otra vez triste por alguien que se ha ido. 

Usted estará cómodo con la decisión tomada por su ser amado, y aprobará plenamente la opción que él ha tomado de alejarse. Usted le agradecerá por el tiempo de vida que compartieron juntos en su encarnación, y verdaderamente le bendice, a su manera, hacia una nueva experiencia, conociendo muy bien, en su corazón, que la separación es solamente una ilusión en la mente de la tercera dimensión. 

Usted sabrá, sin duda, que puede verles y estar con ellos otra vez en cualquier momento en los planos internos, y que las conexiones con los seres que ustedes aman nunca podrán ser rotas a lo largo de la eternidad. 

Los que se aman muy profundamente en una experiencia encarnada, son generalmente aquellos que se han conocido, amado y encarnado en las experiencias de vida del otro por infinidad de tiempo. Usted ha experimentado la pérdida física del otro repetidas veces, y se han encontrado y vivido como amigos o familia repetidamente. 

A veces, la transición o muerte ocurre aparentemente por un accidente o debido a un crimen, una guerra o un acontecimiento natural que usted llama una tragedia. 

Todas las transiciones, no importa qué forma tomen, son planeadas por el alma en otra dimensión. Estas decisiones se toman por varias razones, según la trayectoria del alma o el equilibrio de la responsabilidad kármica que ha decidido el que ha elegido irse al otro lado del velo. A nivel del alma, para aquel que ha decidido dejar su cuerpo, esto es generalmente un tiempo de gran emoción y él o ella casi no pueden esperar por una nueva experiencia y aventura del gran viaje llamado “vida”. 

Aquí está la historia de una mujer bien conocida por nosotros, que perdió a su único hijo en un accidente automovilístico. Ella estuvo totalmente devastada por esa pérdida, y no podía regresar a un estado normal de equilibrio emocional. 

Finalmente, ella me pidió canalizar a Adama de Telos para entender y descubrir por qué tal tragedia había sucedido en su vida. Ella veía ese acontecimiento como una gran injusticia, y deseaba perseguir a quién ella sentía responsable de la muerte de su único hijo. 

Aquí repito lo que Adama le contestó a través de mí. 

También deseo compartir que esta respuesta le dio una gran revelación y una cura para su corazón. Leyendo el mensaje de Adama, ella pudo dejar el dolor y la pena de manera rápida. Ella pudo mirar la vida otra vez con alegría y renovada esperanza, sabiendo que su hijo está bien y vivo en el otro lado del velo, amándola más que nunca, y haciendo exactamente lo que su alma quería hacer después. 

Siento que es importante que ustedes entiendan más profundamente, este proceso de transición que llaman “muerte”. Sabemos que muchos de ustedes, antes o después, se encontrarán en una situación similar en su vida, o en la vida de alguien de su alrededor. 

Para aquellos que abrazan completamente esta comprensión en su corazón y alma, ustedes podrán consolarse con una verdadera maestría cuando se enfrenten con una situación similar en su vida. Usted también podrá confortar a otros de su alrededor, que todavía no han abrazado el privilegio de una comprensión tan clara de la transición física. 

Ahora los dejo con la historia. 

Aurelia Louise Jones 


Adama contestó desde Telos 

Querida Hermana Lemuriana, 

Soy vuestro hermano y amigo Adama. Es un placer para mí comunicarme contigo este día, de corazón a corazón. Así como te abro mi corazón, pido también que tú me abras tu corazón a mí también, y a la verdad de tu ser. 

Siento tu profundo dolor y sufrimiento por la pérdida de tu querido hijo. 

Es una reacción normal, que el corazón de una madre se aflija por la pérdida de su niño. 

Por favor, querida hermana, es importante que te permitas sentir el dolor y la pena, pues no es sano, ni física ni espiritualmente negar o reprimir el sufrimiento. 

Cuando estés lista, después de un tiempo, será aún más importante que dejes ese dolor y te muevas en alegría. La vida debe ir adelante para todos, pues ésta nunca termina. 

Tú tienes un hermoso corazón abierto, hermana querida, y el dolor por la pérdida de tu querido hijo, es un catalizador que está asistiendo a tu corazón en alcanzar una mayor apertura. 

Tú sabes, querida, que no hay tal cosa como la muerte. Es una ilusión de la percepción en la tercera dimensión. 

Si tú pudieras percibir más allá del velo, sabrías que tu hijo está vivo, bien y más conocedor que nunca antes. 

Tu hijo ahora tiene la capacidad de entender sus defectos hacia ti, cuando estuvo en la expresión física, y se le ha concedido el permiso de estar más cercano a ti y a tu corazón, de lo que nunca lo estuvo mientras vivió en la Tierra. 

Él está completamente enterado del profundo y verdadero amor que tú sientes por él, y su propio corazón está mucho más abierto. Él también entendió que no devolvió tu amor de la manera que debía haberlo hecho, de la manera que tu esperabas, y esto le está motivando fuertemente, de este lado del velo, para verificar las lecciones aprendidas para cuando regrese en su encarnación siguiente. 

Tú has tenido miles de encarnaciones en este planeta en el curso de tu evolución, y has tenido miles de niños. Tú has encarnado con muchos de ellos una y otra vez, y de verdad, nunca has estado separada mucho de aquellos con los que tenías conexiones de corazón. 

Tu hijo ha sido parte de tu vida muchas veces antes, y él estará otra vez, especialmente cuando los velos entre las dimensiones se vayan diluyendo. 

En los años por venir los velos desaparecerán completamente, y estarás de nuevo frente a tus seres amados cara a cara. 

En un futuro no demasiado distante, al comprometerte con tu ascensión, podrás experimentar la gran alegría de encontrarte un día, cara a cara, con todos aquellos que han salido del mundo físico. Tú estarás de nuevo con ellos en forma clara sin tener que dejar tu cuerpo físico. ¡Puedes imaginar el espectáculo y éxtasis que esta gran reunión creará! Es parte del plan, amiga mía. Deja que la vela del amor y de la esperanza siga ardiendo. 

Siente la presencia de tu hijo alrededor tuyo, y siente el amor que él ahora te está devolviendo. 

Desde su transición, él ha ganado mucha más comprensión de la que tenía mientras estaba en su cuerpo físico. Tu hijo solicitó al consejo Kármico de Luz un permiso para estar a tu lado muy a menudo, y también que le fuera permitido ser tu guía para darte asistencia hacia tu próximo paso evolutivo. 

Yo, Adama, te pido que dejes ir el sentido de tragedia. 

Por lo que concierne a tu hijo, el “accidente” que tuvo pudo parecer por azar, pero es sólo en apariencia. El hombre con quien tuvo el “accidente” fue sólo un instrumento de un acuerdo kármico. Entiende que a menos que hubiera una decisión a nivel del alma de parte de tu hijo, en los planos internos para terminar su encarnación y moverse al nivel siguiente, el “accidente” no habría ocurrido. En última instancia, no hubo “accidente”, sino el trabajo efectivo de una decisión del alma para dar un paso evolutivo. 

A nivel del alma, no era hora para tu hijo de ir adelante en el proceso de ascensión, como tú misma has escogido. Había muchas cosas que necesitaban ser resueltas desde una perspectiva distinta. 

Al saber que habría sido extremadamente difícil para él, trabajar con estas cosas desde la experiencia encarnada, prefirió irse. 

Habiendo elegido dejar su cuerpo en ese tiempo, tu hijo ahora está teniendo la tremenda oportunidad de prepararse, con una sabiduría y comprensión mucho mayores, para sus metas y destino para su próxima encarnación. 

Él volverá otra vez, en algunos años, como un maravilloso niño del “Nuevo Mundo”, para dar gracia al planeta y asistir a otros. En su encarnación siguiente, el estará mucho mejor equipado emocionalmente para realizar sus sueños. Él podrá lograr las metas de la agenda de su alma, con una facilidad mucho mayor de con la que habría podido hacerlo en este tiempo. 

Entiende que habiendo escogido la opción de irse ahora, él podrá ascender en la próxima vida sin todos los dolores, dificultades y penas que habría encontrado si hubiera permanecido. 

Y debido al gran amor que tú le has ofrecido, sosteniéndolo, le has ayudado enormemente en la recepción de esta dispensación especial para su próxima encarnación. Él está muy agradecido por el amor que le has ofrecido tan incondicionalmente mientras él estuvo en forma física. 

Entiende que tu hijo está honrándote por ese amor incesantemente. Él te está asistiendo en la preparación del camino para tu regreso a casa, tu ascensión. 

Porque tú amas a tu hijo tan profundamente, sin contenerte, entonces permite ahora que él dé su paso siguiente, respetando su decisión. 

Desde nuestra perspectiva y la perspectiva de la agenda del alma, dejar la encarnación fue para él una decisión oportuna, correcta y positiva. 

Tu hijo te ama mucho y desea de verdad verte feliz y con alegría. Tu hijo no desea que niegues tu pena, sino que aceptes su partida como la mejor cosa que habría podido sucederle en ese tiempo. 

Él está diciéndote en este momento: 

“Mamá, yo sigo estando vivo y me siento mucho mejor. La vida es maravillosa aquí, y me estoy preparando para nuestra próxima reunión, que será física y tangible. No pasará mucho tiempo hasta que volvamos a vernos de nuevo cara a cara, y sabrás que nunca me he ido. Durante mi aparente ausencia de la vida física, toma éste tiempo para amarte a ti misma, mucho más que antes, y para transformarte en todo el amor que tú eres, y luego sigue avanzando hacia tu alegría y vitalidad. Ésta es tu próxima tarea.” 

Tu hijo desea que contemples más que nunca tus sistemas de creencias alrededor de la experiencia de vida llamada “muerte”.

Este acontecimiento es también una oportunidad para crear, dentro de uno mismo, un nuevo salto en la conciencia como resultado de la transición al mundo siguiente. 

Pregúntate: 
¿existe algo llamado “muerte” o es simplemente una transición de una experiencia física a una mayor realidad? 
¿Realmente “poseo” a mi hijo, o él pertenece a Dios (a lo que Es), como el resto de las almas en evolución aquí y en todas partes? 
¿Era mi papel como madre ante todo apoyar y ayudar a su alma en una experiencia de encarnación en la Tierra por un tiempo, y por ello, hemos creado enlaces de amor que vivirán por toda la eternidad? 
¿Mi hijo realmente “ha muerto” o está vivo y más vibrante que nunca en otro plano de consciencia? 
¿Es nuestra separación permanente o una mera ilusión temporal? 
¿Puedo yo elegir vivir en el amor y en el abrazo de mi Divina Presencia y realmente gozar de mi vida otra vez sin mi hijo físicamente presente en la Tierra, o elegiré experimentar dolor haciendo mayor mi pena en lugar de desapegarme y dejarlo ir? 

Queridísima hermana, yo conozco tu corazón y extiendo mi amor a él profundamente. Acepta el regalo de Paz de Adama y avanza hacia tu alegría. 

Piensa en la muerte del cuerpo de tu hijo como la oruga que nació a una nueva vida y se convirtió en una feliz mariposa. Conviértete tú también en una mariposa, y pronto, los dos estaréis jugando, divirtiéndoos y riéndoos juntos… en el jardín de Dios. 


Soy Adama de Telos, el padre de todos. 


GHB - Informacion difundida por: http://hermandadblanca.org/

Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
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