Generalmente las Madres, más que amar a los hijos... ¡Se aman en los Hijos!
(Friedrich Nietzsche)…
Yo tenía seis años, cuando pensé que mi mamá se iba a morir por primera vez… No quería que estuviera junto a mí en mi primer día de clase… Yo me consideraba lo suficientemente fuerte para enfrentar los desafíos que la nueva vida me traería… Pocas semanas después, descubrí aliviado que Ella aún estaba allí!... Lista para defenderme de los compañeros agresivos que me amenazaban, y para auxiliarme frente a las dificultades de mis primeras calificaciones…
A los 14 años, la sentí muerta nuevamente… No la quería imponiéndome reglas o límites, ni que me impidiera vivir la plenitud de los vuelos juveniles… pero enseguida, con la primera borrachera, ¡felizmente la re-descubrí viva!… fue cuando Ella no sólo me curó la resaca, sino que también me impidió la vergonzosa paliza que recibiría de mi padre…
A los 18 años, pensé que moriría mi madre definitivamente, sin chances para la resurrección!… Había entrado a la facultad, me había mudado a la capital, hacía política estudiantil, actividades en que la presencia materna no cabía en ninguna hipótesis… ¡Ingenuo Engaño!!!... Cuando me descubrí confundido sobre qué rumbo seguir, volví a la casa materna… Único espacio posible de guarida y comprensión…
A los 23 años, me di cuenta que la muerte materna era posible, y que sólo requería lentitud… Fue cuando me casé, planté bandera de independencia y seguí mi viaje… Pero bastó ver nacer a mi primera hija, para descubrir que ése ser llamado Madre, se transformaría en un espécimen aún más vigoroso llamado “Abuela”…
Para quien aún no vivió la experiencia, ¡Abuela es Madre en dosis doble!!!
A pesar de todo, continué creyendo en la tesis de la muerte lenta y demorada de mi madre… y de a poco me fui sintiendo más distante y autónomo… aún cuando a intervalos regulares Ella aparecía en mi vida desempeñando papeles importantes y únicos… papeles que solamente Ella podría protagonizar…
Pero el final de esa historia - al contrario de lo que siempre imaginé - fue Ella quien la definió:
¡Cuando menos lo esperaba, Ella decidió morir!... Así, ni más ni menos… ¡Sin pedir permiso, sin hora marcada u ocasión para la despedida!…
Ella simplemente se fue, dejando la lección:
“¡LAS MADRES SON PARA SIEMPRE!”…
Al contrario de lo que siempre imaginé, son Ellas quienes deciden cuánto ésta maternidad puede durar en la vida… y cuánto queda relegado para el etéreo terreno de la nostalgia…
Autor desconocido...
Queridos Hermanos en la Luz… No sé… si la vida es corta o demasiado larga para nosotras como Madres… sólo sé que debemos demostrar nuestro Amor a las personas, mientras ellas están aquí…
Es por eso que tenemos que amarla siempre y no matarla en vida!!!... Nunca sabemos cuando Ella va a querer partir…
El vacío que queda, nunca conseguimos llenarlo…
Para quien la tenga a su lado, ámala, abrázala siempre… y para quien ya no la tiene, guarda sus recuerdos en el más precioso de los baúles… Donde quiera que Ella esté, debes saber que siempre va a entender el mensaje… Va a llorar cuando llores… va a sonreír cuando sonrías… va a velar por tu sueño como lo hacía cuando eras un niño…
No esperes su partida para darle Tu AMOR… Un día vas a descubrir que tal vez la persona que más te amó en la vida fue Ella… Incondicional desde que surgiste en ésta vida…
Si Ella está a tu lado, dale un beso y un abrazo y dile lo que Ella siempre quiso oír:
¡MAMÁ, YO TE AMO CON TODO MI CORAZÓN Y CON TODO LO QUE YO SOY!
¡GRACIAS POR TRAERME A LA EXISTENCIA!
¡GRACIAS POR EXISTIR PARA MÍ!
Por:ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
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