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Japón, el país del sol naciente
está en el centro del mundo estos días, la tecnología así lo permite.
La evolución de la inteligencia
nos ha permitido ver las imágenes de todo cuanto ocurre,
no importa qué tan lejos ocurra, en directo;
nos ha permitido construir centrales nucleares, dividir el átomo.
¿Y la evolución de nuestro corazón?... ¡Quizás ahora como nunca... sea imperativo hacernos esa pregunta!...
Podemos vivir éste tiempo como protagonistas... o como espectadores...
Activa o pasivamente....
Con la mano en el timón...o dejándonos llevar por las olas...
¡Vivirlo como protagonistas, es vivirlo de corazón!...
¡Vivirlo de corazón, es sentir que no sólo la tecnología de comunicaciones vía satélite, trae Japón a nuestra retina!... ¡la solidaridad y la compasión, traen Japón a nuestro pecho!... ¡La voluntad de ayudar, regresa desde nuestro pecho y vuela certera hacia Japón!...
¡Podemos ayudar con el pensamiento!... La consciencia es no local... ¡Con cada meditación, con cada oración, hacemos que las energías restauradoras, redentoras, del plano búdico, estén disponibles en el plano mental y emocional!...
¡Descendemos el cielo a la tierra!... ¡Podemos ser antenas en la tierra, para que la Paz se siembre en otros. Podemos dedicarles nuestro silencio, nuestra devoción, nuestra compasión... Podemos ser útiles!...
¡El sol naciente es el sol de la consciencia!... ¡Como humanidad estamos despertando!... Las malas noticias que nos llegan desde tantos lugares, son sólo una parte de las noticias... ¡Los medios no hablan de las olas de solidaridad, de la irradiación de Paz que también ocurren hoy, en las cuatro esquinas del planeta!...
¡Es muy posible que en nuestra vida, también haya sacudidas, maremotos, muertes, dolor... sin embargo aún en las noches más oscuras la Luz está a nuestro alcance!...
"Tengo en el lienzo de mi memoria, grabada a fuego la imagen de Mandela en su celda, encontrando inspiración en un poema, repitiendo como un mantram sus versos"…
“Más allá de la noche que me cubre
negra como el abismo insondable,
doy gracias a los dioses que pudieran existir
por mi alma invicta. (…)
No importa cuán estrecho sea el portal,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
¡Soy el capitán de mi alma!..."
¡Podemos detenernos... no importa cuál sea el peso de nuestra carga... y tomar prestada la Luz de otro!... ¡Si lo hacemos, la Luz simplemente iluminará, y ya no habrá uno que da y otro que recibe... sólo habrá Luz!... ¡Podemos, una vez que hemos recuperado el centro, irradiar esa Luz... y ya no habrá uno que da y uno que recibe, sólo habrá Luz!...
Hay una frase de un antiguo mantram, que resume la invocación a la que podemos sumarnos todos... ¡Su necesidad es imperativa!... ¡Su poder y su sencillez son absolutos!... ¡Su capacidad de evocar respuesta es contundente!...
"¡QUE EL DOLOR PROCURE
DEBIDA RECOMPENSA DE LUZ Y DE AMOR!".
Podemos decirla en la meditación de la mañana... Podemos hacer una pausa al mediodía... Podemos tomarla como nuestro último pensamiento del día, cada día.
Podemos relativizar nuestros problemas, y nuestros problemas se relativizarán...
¡Podemos meditar, orar y ser agentes de la paz!...
¡Podemos saber que millones meditan con nosotros!...
¡Saber que hay seres muy avanzados protegiéndonos!...
¡Sentir que no estamos solos... así como no dejamos solos a los que sufren!...
Por: Isabella Di Carlo
From email: issa@infocultura.org
Date: Wed, 16 Mar 2011 23:02:36 +0100
