( Continuación de Búsqueda de la Visión )
HABLA MYTRIA:
Cuando Mytra huyó de mi, estaba segura de que mi corazón se rompería. Cuando mencioné la búsqueda de la Visión, había hablado desde adentro, sin vacilación. Y ahora, lo había perdido. ¿Cómo pude haber usado palabras tan severas? Pasé el resto del día dentro de la cueva sintiéndome peor que lo que podía recordar alguna vez. ¿Cómo podía ir desde tan maravillosas alturas de éxtasis y luego caer en plomada en tan profunda desesperación? ¿Había perdido todo toque con mi paz interior sólo por causa de la pérdida de un hombre? Sin embargo, él no era tan sólo un hombre. Él era mi Complemento Divino, mi Llama Gemela. Esto era lo que mi voz interior decía y mi corazón estaba de acuerdo.
Me torturé a mí misma a través del día entero y al atardecer, cuando de repente tuve un sentimiento de profunda urgencia y pendiente desespero. Algo sucedió o había sucedido a Mytra. Calmé mi mente y fui dentro para hablar con la Madre. Todo lo que escuché fue “Envíale amor sanador”. Entonces, me volví temerosa por ese claro significado de que estaba lastimado. Pero, ¿dónde estaba lastimado, y cómo? Era demasiado tarde para seguir sus huellas, y sólo podría perderme. Todo lo que podía hacer era pasar toda la noche preocupándome.
Entonces, escuché a la Madre diciendo, “Bebe un poco de té, calmante y duerme. Debes estar alerta para mañana”. Hice lo que ella dijo y finalmente caí en un sueño irregular. No recuerdo ni sueños, ni mucho descanso. Sin embargo, desperté sabiendo que se había lastimado, y supe que lo debía encontrar. Al amanecer, empaqué todas mis hierbas sanadoras, cataplasmas, más ropas, comida y agua. Mi equipaje era pesado, y no podría correr. Además tenía que llevar algunas astillas y mis piedras de fuego. Él se había ido en dirección donde el bosque terminaba, y allí no habría nada que quemar.
Tan pronto como aclaró lo suficiente comencé mi viaje. Mi equipaje era pesado y tenía que caminar despacio para ver sus huellas. Algunas veces parecía no haberlas, y tenía que parar para consultar la Madre. Caminé todo el día, y hasta casi oscuro. Nunca había estado en esta área, así que tenía que parar y acampar. No sería de utilidad para ninguno de los dos si me lastimaba. Después que comí una pequeña porción, traté de ir adentro, pero mi miedo creciente por su seguridad no me permitió ninguna información o un poco de sueño.
HABLA MYTRA:
Era el mediodía y debía encontrar la manera de salirme de esa cornisa. Otra noche en el frío sin comida ni agua sería demasiado peligroso para mi pierna. No había notado el gran tajo en mi pierna, el cual estaba ahora infectado, y supe que tenía fiebre. Si no me movía, podía perder el conocimiento de nuevo. Debía confiar en mi Voz Interior. No podía abandonar a Mytria de esta manera, no podía abandonar mi deber, y no podía abandonarme a mí mismo.
Al mirar alrededor, podía ver que no había escape. Por lo tanto, miré dentro para preguntar a mi Voz Interior. Quizás estaba alucinando, pero tan pronto como cerré mis ojos, vi la imagen de mi SER en la Búsqueda de la Visión. “Sígueme y escucha a la Madre”, dijo al moverse a lo largo del risco hacia mi derecha. Tendría que gatear y arrastrar mi pierna derecha, ya que no podía dañarla más poniendo peso en ella.
Después de lo que pareció ser por siempre, encontré un espacio entre el borde del precipicio por el que podría – muy cuidadosamente – arrastrarme. Una vez que pude arrastrarme, encontré un plano inclinado hacia la cima. El suelo aquí era más estable, y había incluso algo de follaje para asirme. La Voz Interna, me recordó escuchar a la Madre de nuevo y así lo hice. Toqué la tierra en la forma en que Mytria me había enseñado y le pedí Su guía.
Instantáneamente, tuve un sentimiento de seguir de un lado a otro en la tierra que daba la sensación de ser suficiente seguridad para descansar frecuentemente. Caí por mi debilidad debido a la fiebre y la falta de agua, y contacté a la Madre con cada una de mis opciones de movimiento. Mi progreso era muy despacio, pero gradualmente me estaba moviendo hacia arriba por el lado del precipicio.
Sin embargo, se estaba volviendo oscuro. Tenía que llegar a la cima mientras hubiese suficiente luz para ver lo que estaba haciendo. Me di cuenta de que iba despacio por el bien de mi pierna, pero tenía que moverme más rápido para alcanzar la cima antes de que se pusiera oscuro. Cerré mis ojos por un momento para recordar mi visión. Esta versión de mí mismo podía moverse sin siquiera tocar el suelo. Si pudiese SER ese yo, confiaría en cada movimiento sin angustiarme. Me tomé un momento para mirarme de esta manera, pero gradualmente comencé a sentir una luz alrededor de mi forma. Lentamente abrí mis ojos para ver que mi cuerpo y el precipicio alrededor mío estaban brillando.
Saqué a un lado mis dudas de “alucinación” y elegí creer en mi experiencia. Ahora, sabía exactamente dónde poner mis manos y mi pierna sana. No había nerviosismo, ni miedo, ni adrenalina, ni dolor. Estaba en una suerte de trance que me permitió volverme UNO con el precipicio. Casi sentí como si el precipicio estaba asistiendo mi movimiento. Cuando miré arriba y vi una cornisa que sobresalía, no temí.
En vez de ello, encontré fácilmente una ruta alterna que me permitió arrastrarme fácilmente sobre la cima hacia tierra plana. Me di vuelta fuera del precipicio y me acerqué a una roca que mantenía el calor del día. Me empujé contra la roca cálida y le di una palmadita para agradecer a la Madre. Entonces, miré hacia arriba al cielo estrellado bajo el cual Mytria y yo habíamos dormido tantas veces y vi mi cuerpo de luz abrazando el de ella. Con esta imagen en mente, caí en un sueño profundo.
MYTRIA Y MYTRA HABLAN:
Nos dimos cuenta luego que estábamos muy cerca uno del otro, pero no lo sabíamos. Sin embargo, la distancia física era necesaria para nosotros para cruzar la brecha etérica que aún existía entre nosotros. Ambos miramos el cielo estrellado y agradecimos a la Madre por asistirnos. Aunque nuestros cuerpos estaban separados, nuestros corazones y mentes se había unido al dormirnos. De hecho, tuvimos el mismo sueño, o era una visión.
Nos encontramos de vuelta en el Corazón de la Madre, en el exacto momento de nuestra “mezcla” accidental. Ahora, después de todo lo que habíamos pasado, estar sumergidos en otra persona se sentía aún más fuerte. Éramos ambos diferentes ahora.
Ambos habíamos sobrevivido y exitosamente completado nuestras iniciaciones y habíamos conquistado nuestros demonios internos, lo qué había hecho nuestro amor más poderoso.
Al pararnos como uno, mirándonos en los ojos del otro, la Madre vino a nosotros. Pensamos que era una bendición, pero era para darnos nuestra próxima asignación.
“Mis amados hijos”, Ella nos dijo a ambos, “Pueden pensar que su largo viaje ha terminado, pero en realidad recién ha comenzado. Necesito que ambos me ayuden, ya que ambos se han vuelto mis aliados de la transmutación. Se han transformado a ustedes mismos, y ahora debo pedirles que me asistan para transmutar mi Planeta”.
Estábamos los dos profundamente honrados, pero de alguna forma preocupados. Había algo en su voz que nos dejó consternados de que podríamos no estar juntos. NO, no dejaríamos que eso sucediera. Después de todo lo que habíamos pasado, no partiríamos otra vez, NUNCA!
Ambos despertamos al despuntar el alba. No había luz suficiente para que Mytria leyera las huellas, pero estábamos unidos en un solo Ser de nuevo. Por lo tanto, ella simplemente siguió el llamado de su corazón. Era mediodía cuando nos encontramos de nuevo.
HABLA MYTRA:
Cuando desperté de mi sueño/visión, supe que Mytria estaba cerca. Toqué el suelo para llamarla a través de la tierra y le envié mi amor hacia esa dirección. De hecho, podía ver en mi mente exactamente donde ella estaba, así como ella me había dicho que podía verme de la misma manera. Me arrastré hacia la loma un poco de manera que podía ver su aproximación. Encontré una rama fuerte y de alguna forma me puse de pie. No podía saludarla tirado en el piso como un animal herido.
Fue entonces cuando la vi caminando hacia mi. Cuando ella me vio, tiró su pesada carga y corrió hasta mi lo más rápido que pudo. Cuando nos encontramos nuestros corazones explotaron del amor que pensábamos habíamos perdido, sólo para volverlo a ganar – más fuerte que nunca. Nos abrazamos tan fuerte que parecíamos un solo cuerpo, al sollozar Mytria en mi pecho. Traté de no llorar, pero mi alegría sólo podía ser expresada de esa manera.
Permanecimos ahí por un largo tiempo. Todo mi dolor se fue temporalmente con la unión de nuestros cuerpos. De hecho, sentía una gran fuerza sanadora viniendo de ella hacia mi cuerpo. Al sostenerme y sollozar, sentí que mi fiebre disminuía y mi pierna comenzaba a sanar. Entonces, me di cuenta de que ella estaba drenándose demasiado en su esfuerzo de sanarme. Amorosamente la aparté de mi, manteniendo mis manos en sus hombros.
“ Gracias Amada, puedo sanarme a mí mismo el resto del camino. Si pudieras asistirme a llegar a aquél árbol sombreado…”
“Sí”, dijo ella mirándome a los ojos.
Entre su ayuda y la rama que había encontrado, era capaz de renguear hasta el árbol y sentarme en el suelo entre dos grandes raíces. Mytria me besó en la cabeza y corrió a recoger su paquete.
“Tendré que ajustar esta pierna antes de poder vestirla”, dijo excusándose.
“Estoy listo”, repliqué.
Antes de darme cuenta, la pierna estaba ajustada, mi herida estaba limpia, cubierta de hierbas las que a su vez cubrimos con corteza de árbol, y las ramas habían sido reemplazadas y sostenidas en el lugar por una banda limpia.
“Cuando volvamos a NUESTRO campamento, te puedo hacer un molde apropiado”, dijo ella al gentilmente dar unas palmaditas en mi pierna.
Decidimos permanecer allí por el resto del día y salir para NUESTRO hogar al amanecer del día siguiente. Fue una excelente decisión, porque esa noche bajo las estrellas fue más allá de las palabras. De alguna forma nos arreglamos para hacer el amor. De hecho, hicimos el amor una vez y otra vez, cada vez yendo más profundamente en nuestras Almas, en realidad, en la Unión de Nuestras Almas.
Mytria había oído sobre los Complementos Divinos durante sus estudios en el Templo, y me dijo todo lo que sabía. Y entonces, tuvimos que hacer el amor de nuevo, que es cuando sucedió. Mytria trató de ocultármelo, pero supe que habíamos hecho un hijo entonces. ¿Cómo no habríamos de hacerlo? Los cielos casi se abrieron y le enviaron aquí abajo. Sí, sería una niña, nuestra niña, nuestra amada-hija.
Cuando vino la mañana, me sentí casi sanado. Esto hasta que intenté caminar.
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Traducción al español: - Shanti
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