Vivimos en un Universo Material de siete dimensiones.
En dicho universo, los
seres humanos tenemos siete cuerpos para actuar en estas siete dimensiones.
Aparte del Cuerpo Físico, denso, material, tenemos un Cuerpo Astral que es
el cuerpo de las emociones, de los deseos, unido al cuerpo físico a través
de un cordón umbilical de energía, llamado el Cordón de Plata.
También nos
hablan que hay un tercer vehículo que es el Ego Inferior, el carácter, la
personalidad. Cuando una persona muere, muere su cuerpo físico. Lo normal es
que al cabo de tres días muera su cuerpo astral y su ego inferior. Todos
ellos mueren con uno, y el Ser pasa a la cuarta dimensión.
Esto es que el
ser humano es como un actor de una obra de teatro que terminada la obra, se
quita el maquillaje, se quita el vestuario, deja atrás la escenografía, deja
atrás el guión y sale a la calle como el actor que es y no como el
personaje. Qué problema sería que terminada la obra, el actor se creyera el
personaje que le tocó actuar y se confundiera con él.
Dejamos al lado al personaje pero asumimos toda la experiencia acumulada en
esa encarnación. Los extraterrestres hablan de las vidas sucesivas, de la
reencarnación. Pero ellos no la explican como la plantean ciertas religiones
orientales que dicen que una persona puede encarnar en un animal. No hay
involución. Es como si a una persona le fuera mal en la secundaria o en la
universidad, y lo devolvieran al jardín de infantes. Uno tendrá que repetir
cuantas veces necesite el grado para pasar al nivel inmediatamente superior,
más nunca será degradado de nivel.
Ellos aseguran además, que el género es
circunstancial. Que en algunas vidas somos hombres, en otras mujeres; vamos
pasando por todas las experiencias humanas teniendo a los planetas como
planos de evolución. Cuando ya nuestro nivel de evolución sea lo
suficientemente elevado, no reencarnaremos en este planeta. Ellos dicen que
los seres que vivimos en este mundo, en el planeta Tierra, somos seres de
3:3. Seres que estamos en una tercera dimensión física y en un tercer nivel
de conciencia.
El cuarto vehículo es el Mental Superior. Este es el cuerpo de las
facultades síquicas, cuerpo de la intuición. Luego viene el vehículo del
Alma que es la catedral del espíritu donde se acopian las experiencias de
nuestras vidas anteriores, el maestro interno, el real ser de cada uno. Un
vehículo más es el Espíritu que es la conciencia acumulada y finalmente el
Cuerpo de la Esencia. Siete cuerpos para actuar en las siete dimensiones del
universo material.
Para activar la conciencia en cada uno de esos siete cuerpos, existen siete
centros de energía, los llamados siete chakras que se estimulan a través de
la respiración.
Nosotros por medio de la respiración no solamente nos oxigenamos.
También con ella nos cargamos de electrones, nos cargamos eléctricamente y
esa energía de alguna manera se aloja en el sistema nervioso y emite luz.
Esa luz al atravesar nuestro cuerpo, como una luz atravesando un prisma,
forma una especie de arco iris de colores que no puede ser percibido a
simple vista, sino con la mente. A simple vista lo que vemos es un halo. Eso
es la cantidad de energía que una persona tiene. En la mañana más que en la
tarde o en la noche. Pero la calidad de esa energía es lo que nosotros
conocemos como El Aura.
El aura es ese cuerpo bio-plasmático, cinturón
electromagnético que todo ser humano tiene que forma una barrera
inmunológica o campo de protección. Aprender a respirar es clave para ir
activando estos centros que nos van a permitir desarrollar concientemente
cada uno de estos siete vehículos.
El Universo Mental
Ahora, más allá de la Séptima Dimensión, como en la música, en una octava
superior, hay un universo paralelo a este. Es el Universo Mental. Los seres
que proceden de allí ya no son extraterrestres, ni terrestres, ni
intraterrestes. Son Ultraterrestres. Lo que llamaríamos Ángeles, Arcángeles,
Tronos, Principados, Serafines, Querubines, todo este tipo de entidades
pertenecen a este universo de octava, novena y décima dimensión.
Son conocidos también bajo el nombre de "Helell" o "Resplandecientes".
Seres de energía pura, mental, que habrían sido los responsables de las
creaciones materiales. Sobre este punto, los Guías nos han enseñado que se
han dado diversas creaciones en el Universo Material como parte de una
"emanación" del Universo Mental o "Eternal", por cuanto en él, el tiempo,
sencillamente, no existe.
Dentro de las entidades mentales que moran en este Universo nos encontramos
con los Padre Creadores responsables de la aparición de lo "Físico" en el
Universo Material y los Guardianes del Destino, conocidos en el ámbito
esotérico como "Los Señores del Karma", entidades que regulan el tránsito de
aprendizaje de las esencias que viven en el plano material, creciendo en
conocimiento y conciencia a lo largo de vidas sucesivas.
EL UNIVERSO ESPIRITUAL
Más allá habría otro universo, entre la décimo primera y décimo segunda
dimensión que ellos denominan el Universo Espiritual o Interno. Tres
universos, uno contenido dentro de otro.
Para comprender esto en su relación con la vida humana, por ejemplo, los
primeros tres vehículos del hombre: el Cuerpo Físico, Astral y el Mental
Inferior, constituyen el plano de la conciencia material y nos conectan con
el universo material. El Cuerpo Mental Superior más el del Alma y el del
Espíritu constituyen el plano de la conciencia mental y nos conectan con el
universo mental. El séptimo vehículo, el de la Esencia, nos conecta con el
tercer universo que es el espiritual.
Por esta razón al Universo Espiritual se le llama "Interno" o "Esencial",
por cuanto es el propio origen de las cosas, por llamarlo de alguna manera,
ya que ni siquiera lo podemos medir o comprender, pero sí "sentir".
¿Dónde queda el concepto de Dios en todo esto? Dios, la divinidad suprema,
mora en cada una de estas dimensiones o manifestaciones de Su Conciencia
Cósmica, por cuanto toda la creación, forma parte de sus latidos estelares.
Esta es la visión extraterrestre del Cosmos.
Y es importante conocerla para
comprender la crisis que empezó a afectar al Universo Material.
Entendiendo esto, pasamos a explicar que este Universo Material ha tenido
muchas creaciones. Las primeras civilizaciones que surgieron en esta última
gran creación fueron teledirigidas, fueron guiadas por seres ultraterrestres
del universo mental. Estas entidades actuaron como apoderados de estos
entrenados, de estos instruidos que eran los primeros en aparecer en este
universo material. Estas primeras civilizaciones comenzaron a ayudar a otras
que venían detrás y así sucesivamente en una larga cadena de solidaridad.
Aclaremos que los seres del universo mental, como los ángeles, no tienen una
evolución como la nuestra. Su evolución no es por mérito como el caso
nuestro, sino por tiempo de servicio. Como son seres que han sido creados
dentro del universo mental, son seres muy mentales que saben por conocimiento
de adónde viene la cosa y para dónde va. O sea, no pueden desviarse ni a
derecha ni a izquierda. Por así decirlo, diríamos que son seres un tanto
cuadriculados o enmarcados que para evolucionar requieren que el universo
material evolucione y los ayude o los promueva a alcanzar niveles
superiores, como el universo espiritual.
CONSECUENCIA de UN ORDEN MENTAL
En un momento dado de la creación, estas civilizaciones del universo
material que recibieron el apoyo de seres del universo mental, alcanzaron
niveles de evolución tan elevados que no pudieron evolucionar más. Aquellos
que alcanzaron la tercera, la cuarta, la quinta, la sexta dimensión de la
conciencia que iban ayudando a otros a pasar de tercera a cuarta, de cuarta
a quinta, de pronto... se estancaron.
Como dice el dicho, "partida de
caballos, parada de borricos", pues empezaron muy rápido, con mucho
entusiasmo, con un desarrollo muy auspicioso, pero precisamente, por haber
recibido tanto en tan poco tiempo y sin mucho esfuerzo ya que siempre fueron
guiados y teledirigidos, no pudieron por sí solos llegar a ser mejores de lo
que eran produciendo un estancamiento en la evolución. Un estancamiento en
un universo dinámico como el nuestro, en donde todo siempre está en
movimiento, era algo bastante peligroso. Esto obligó a que los seres del
universo mental se reunieran en una especie de concilio y trataran de
discernir en qué ellos habían fallado.
EL CONCILIO DE LOS HELELL
Una vez los ultraterrestres reunidos en el "concilio", uno de ellos, el
legendario Lucifer, Lug o Luzbel, planteó que el problema era haberles dado
demasiada información, haber facilitado demasiado el acceso al conocimiento
en muy poco tiempo a civilizaciones del Universo Material.
El error había sido precisamente que se les había instruido de acuerdo a la
mentalidad de estos seres del Universo Mental. O sea, muy mentales, lo cual
hizo que ninguna civilización alcanzara la séptima dimensión de la
conciencia. El séptimo vehículo que todos tenemos es la Esencia. Entonces,
para llegar a tener contacto con la Esencia, con el plano de la conciencia
espiritual, se tendría que acceder a través de una actitud muy espiritual
que no la habían podido enseñar los seres del Universo Mental por ser muy
mentales. Más bien es todo lo contrario. Ellos tienen que aprenderlo de
nosotros, porque no hay nadie por muy sabio que sea que no tenga algo que
aprender, y nadie por muy humilde que sea que no tenga algo que enseñar.
Haber recibido directamente el conocimiento, abundante información, volvió a
ciertas civilizaciones del Universo Material, como los oriones, muy apegados
al avance tecnológico y filosófico que habían conseguido, al punto de
volverse agresivos y violentos si se sentían amenazados, tanto ellos como
sus principios o sus logros científicos; este excesivo celo, sería más tarde
el caldo de cultivo para que se generasen violentos enfrentamientos
estelares o batallas cósmicas extraterrestres.
EL PROYECTO de LIBRE ALBEDRÍO
Sobre la base de todo esto, y ahora en marcha el proyecto de crear una
humanidad nueva que por mérito propio pudiese alcanzar lo que sus hermanos
mayores no consiguieron, el Concilio de los Helell pensó que sería oportuno
colocar un grupo de entidades mentales en el universo material que actuaran
como entidades disociadoras, dificultando al máximo el acceso a información.
Estas entidades, llamadas "demonios", tendrían esto como función; no eran ni
buenas ni malas. Solamente vendrían a fastidiar la vida, a complicar las
cosas y a mayor complicación, habría mayor esfuerzo por parte de las
civilizaciones materiales y esto reestablecería la dinámica interrumpida.
No obstante, otros seres del Universo Mental consideraron que no se podían
cambiar las reglas del juego el libre albedrío en discusión por ser aplicado
a una "humanidad nueva" y no en las ya existentes civilizaciones
extraterrestres cuando ya el partido está comenzado.
Imaginemos, por ejemplo, qué pasaría si faltando quince minutos para que
termine el juego, el árbitro decide que no se juegue más con arqueros porque
el partido está empatado o, si a un alumno de una escuela militar que tiene
una disciplina rígida, una estructura mental muy limitada, en un claustro
que no es mixto, faltando un año para graduarse lo sacamos de ahí y lo
mandamos a un colegio mixto, que no es internado, que no tiene nada de
disciplina..., lo más probable es que naufrague.
Si se han de cambiar las reglas del juego, si se ha de experimentar buscando
alternativas nuevas, se tenía que experimentar sobre civilizaciones nuevas
que todavía no habían surgido o que recién habían comenzado. Eso fue lo que
sugirieron otros seres del Universo Mental. A Lucifer o Luzbel no le
satisfizo esta modificación o contrapropuesta porque significaba dejar de
lado a sus entrenados como los seres de Orión, a aquellos que habían
recibido la instrucción de parte de ellos para darle la oportunidad a unos
advenedizos, a civilizaciones nuevas, para que de pronto en muy poco tiempo
alcanzaran niveles de evolución muy elevados que no solamente se equipararan
a los alcanzados por los que ellos habían entrenado, sino, que incluso
podrían superarlos, marcarles la pauta y enseñarles.
LA REBELIÓN de LUZBEL
Nos preguntamos ante esto, ¿cómo seres del Universo Mental, de una dimensión
tan elevada, podrían caer en ese juego de la soberbia, de la falta de
humildad?
Es cierto, cuando uno más alto está, difícilmente se cae. Pero si se cae, se
cae y "aporrea" fuertemente. Así, a Lucifer no le agradó la contrapropuesta
y no le agradó, de ninguna manera, que se llevara esto a cabo. Al rebelarse
contra la idea, Luzbel se distanció del Plan propuesto por los otros y sin
querer se convirtió en ese "demonio" que se buscaba para generar las trabas
que dificultaran el acceso a la información para las nuevas civilizaciones,
que se crearían como alternativa o puente de rescate para las estancadas.
Por: Sixto Paz Wells
De: Liu Suria [mailto:liusuria@gmail.com]
Enviado el: jueves, 05 de julio de 2012 09:18 p.m.
From: MISION RAHMA NEW YORK
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