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Yo soy María, Reina de los Cielos y de la Gracia. Mis niños bien amados, acojámonos los unos a los otros en los tiempos de la Gracia.
...Silencio...
En estos tiempos que viven, voy a depositar sobre vuestras espaldas el Manto Azul de la Gracia, aquel que les permitirá de manera irremediable y definitiva pasar de la acción de la Gracia al estado de Gracia, allí donde no puede ya existir la menor duda y la menor interrogación sobre el ser de Amor que sois. Así pues, el Manto Azul de la Gracia que va a depositarse sobre vuestras espaldas va a permitir en vosotros vivir la Gracia no ya por experiencia sino como un estado permanente. Yo vengo así para anunciaros la presencia aquí mismo de cuatro Arcángeles que me encuadran y que permiten entregar lo que tengo que entregaros hoy.
El tiempo de la bendición, el tiempo de plegaria ha llegado, el cual donde conviene poner todo lo que pueda quedar de obstáculos en vosotros, de incomprensiones, a los pies del Señor. El Arcángel Miguel, visible en vuestros cielos muy pronto y no ya solamente cerca del Sol, viene a realizar el conjunto de las profecías entregadas a esta humanidad desde hace mucho tiempo.
El tiempo de mi Llamado pronto a resonar en vuestros cielos y en vosotros. Esto será concomitante al Manto Azul de la Gracia que se instalará sobre vuestras espaldas. No es tiempo de buscarme en alguna forma sino más bien de encontrar la afiliación, la de vuestra eternidad, la de vuestra creación en los Mundos Libres. Vengo a realizar la palabra. Vengo a revestirlos de este Manto y por lo tanto de la Gracia, aquella que os permitirá con facilidad estableceros en vuestra eternidad, cualquiera que sea el avenir y el devenir de esta carne en la cual estáis hechos aquí. El lugar que dejarán en vuestro corazón para mi Presencia amante será el testimonio directo de lo que se desarrolle en vosotros como en la superficie de este planeta.
No hay nada a temer, lo sabéis, os lo hemos repetido desde hace mucho tiempo. No hay nada que esperar ya no, ni estar a la espera. Hay solo que estar en este estado de Gracia permanente, allí donde la plegaria es permanente, allí donde nada de este mundo puede venir a interferir o a modificar el curso de lo que sois de toda eternidad. No hay nada que prever, no hay nada que anticipar, no hay nada que preparar ya no, si no es como lo dijo mi Hijo, mantener vuestra Casa limpia y mantenerla. Entonces os digo como él lo dijo en su época: “Velad y orad” porque el tiempo está reducido ahora. En tiempo terrestre, esto es inminente. Las señales son innumerables en la superficie de esta Tierra, como esto se os había sido anunciado aquí desde hace mucho tiempo por el Comendador de los Ancianos pero también por los numerosos profetas a quienes les he dado mi voz y mi palabra.
De ahora en adelante estáis cada uno en el justo lugar que es el vuestro para vivir mi Llamado. No hay nada que buscar o que cambiar en lo que sois en el instante presente. No podréis apoyaros más que sobre vuestra Luz porque el tiempo de las tinieblas toca a su fin y hace falta que cada alma y cada cuerpo presentes en la superficie de esta Tierra resientan esto, con miedo o con alegría poco importa, pero nadie podrá ignorar el Llamado del cielo y de la Tierra, el segundo signo celestial y también mi llegada en vuestro Templo, acompañando el regreso del Cristo en vosotros.
No busquéis un salvador externo, incluso si algunos de vuestros Hermanos galácticos y algunas naves estarán presentes por las razones precisas. El momento del Cara a Cara, integral y total, está a vuestra puerta. El conjunto de los Arcángeles, el conjunto de la Confederación intergaláctica está ahora presente en el lindero de vuestros cielos, en el lindero de vuestra conciencia, en el lindero de vuestras miradas en el lindero de vuestro corazón
Siempre os hemos dicho que estamos en el interior de vosotros, y esto lo vais a descubrir. Manteniendo limpia vuestra casa, solo descubriréis nuestra presencia amorosa así como vuestra propia fuente de Luz que sois en la Eternidad. No dudéis nada, no temáis nada, no esperéis nada. No importando lo que se desarrolle en la pantalla de vuestra vida o de vuestra consciencia, esto no es nada en relación a lo que hay en vuestro corazón. La única cosa que puede salvarlos, os lo hemos repetido suficientemente, es la humildad, la simplicidad, la alegría. Este estado de Gracia que se instala, y que está presente entre muchos de vosotros, pone fin al sufrimiento, pone fin a toda pregunta. No hay mejor momento que saber ahora la proximidad de los eventos tan esperados porque esto os dará la energía necesaria y suficiente para prepararse interiormente a mi Llamado.
Muchos entre vosotros habéis sentido la intensificación de la vibración, la intensificación de la Luz, la intensificación de vuestra llamada de Espíritu en el interior de vosotros mismos por el Coro de los Ángeles cantándoles en vuestros oídos, por el Espíritu del Sol elevándolos y sacándolos fuera no de la encarnación sino fuera de la ilusión. Esto pasará en vuestra carne. No hay nada a huir, no hay nada ya a preservar. El que quiera salvar su vida la perderá. El que sabe, el que ve o el que comienza a reconocer, de cualquier manera lo que sea, lo que es su eternidad, no tiene ninguna preocupación. Dejad a la Gracia establecerse plenamente a fin de que el Manto Azul de la Gracia que va a recubriros no encuentre ningún obstáculo. La Gracia es así. Ella nada tiene que ver de lo que ha sido modificado, de lo que ha sido falsificado. Nada tiene que ver con lo que podría afectaros a nivel individual como colectivo, por el hecho mismo de las fuerzas del encerramiento y de sus consecuencias a nivel de vuestra vida en la superficie de este mundo.
Vosotros estáis sobre este mundo pero no sois de este mundo. Muchos de vosotros lo habéis vivido a través del descubrimiento de vuestros linajes estelares o de su origen estelar. Muchos entre vosotros también, que hasta el presente no tienen nada percibido o no tienen nada vivido pero que han mantenido vuestro corazón de niño o su alma infantil, me acogerán sin dificultad en el momento donde el Manto Azul de la Gracia los recubra totalmente, llevándolo así en la paz y la plenitud de mi Llamado.
El cielo pronto va abrirse de manera definitiva, dejando lugar a la verdad y a la belleza del Amor. Por supuesto, para aquel que es tributario y únicamente tributario de las circunstancias de este mundo, lo que se desarrollará entonces no será la misma cosa. Pero no os preocupéis por nada pues les será hecho a cada uno según su fe, será hecho exactamente a cada uno según su vibración y no según lo que crea o según lo que ha proyectado en un futuro. Vosotros lo sabéis, solo la mirada cambia, el mismo evento que llegue en este mundo puede ser percibido y vivido de diferentes maneras según el lugar donde están colocados, esto había sido dicho. Pero desde el momento donde el Amor esté en vuestro corazón, desde el momento donde la humildad y la simplicidad estén presentes en vosotros, me acogerán sin dificultad y aceptarán vuestra disolución cualquiera que sea la forma o cualquiera que sea la modalidad.
Muchas cosas han cambiado en vosotros, lo habéis sentido, lo habéis vivido, lo habéis quizá integrado o estáis en curso de hacerlo. Recordad, solo hay el Amor. El resto solo pertenece a este mundo y nada tiene que ver con vuestra eternidad. Mirad como la Luz os ha permitido ver realmente lo que se desarrolla sobre la pantalla de vuestra vida durante estas últimas semanas. ¿Percibís los cambios en la superficie de la Tierra? ¿Percibís esta sed de amor cada vez más ardiente? El Bautismo del Espíritu Santo va a verterse en totalidad sobre la Tierra y el conjunto de los cuerpos celestes que participarán. No solo hay los cuerpos celestes, hay por supuesto la Tierra que os lo muestra por el despertar de sus volcanes por el hecho de la liberación del núcleo cristalino que yo había puesto sobre esta Tierra hace aquí veinte millones de años.
Hoy es un día de gracia, Cada día que va ahora a acercaros al evento será colmado de gracia a medida de vuestro abandono a mi Presencia y a Su Presencia que no es otra que vuestra propia presencia ya inscrita en la Eternidad. Sed humildes, sed simples, acoged todo lo que la vida os proponga. Esto no está hecho para daros dificultades sino más bien para permitiros ver claro y de ver sobre todo más allá de las ilusiones de este mundo a fin de que ya nada pueda apegarlos a lo que es ilusorio, a lo que os encierra y a lo que os priva de vuestro don de nacimiento, no este nacimiento sino el nacimiento desde la Fuente.
Hoy muchos de vosotros comienzan a entrar en contacto con los elementos presentes en la superficie de este mundo y que por lo tanto no son de este mundo, sino más bien de la nueva dimensión de la Tierra.
Vosotros sabéis, que algunos de ustedes acompañarán a la Tierra en su nueva dimensión de vida. Otros regresarán a su origen estelar, otros irán a acompañar a aquellos que deberán permanecer sobre esta Tierra hasta el fin último de los tiempos. Pero el tiempo del fin está desencadenado de manera definitiva e irremediable. Esto ya ha llegado a nivel de las fuerzas que llaman intermediarias, astrales y ahora etéricas. Todo lo que resienten en vuestro cuerpo, todo lo que resienten en vuestra consciencia solo es la traducción de lo que está allí. Todas las puertas han sido abiertas, vosotros habéis franqueado las unas y las otras. Algunos de vosotros habéis franqueado todas las puertas conduciendo a vivir vuestro despertar definitivo y no ya solamente en este mundo. Para muchos de vosotros la memoria vuelve, no la historia o las historias que habéis vivido en este mundo sino la historia misma de lo que sois, mucho antes de la falsificación de este mundo.
Entonces vengo a lanzar un llamado solemne: Dejad caer y abandonad todo lo que pueda encumbraros. No resistáis a nada porque el Amor no resiste a nada. Mirad, mirad en vuestras vidas como esto pasa. Ved como durante lo que acaba de fluir como tiempo desde el principio de este año 2015, como han conseguido desenredarse en su propia liberación. Por supuesto, a menudo estuvimos a vuestros lados, y lo estaremos cada vez más. Queda no obstante para muchos de vosotros a no ser ya tributarios de las circunstancias de este mundo, ni incluso yo diría de este cuerpo. Esto será realizado muy pronto por mi Llamado, y el momento donde seréis revestidos en totalidad del Manto Azul de la Gracia firmará lo que había sido llamado desde hace tiempo “los tres días” entre mis numerosos profetas. No dudéis nada del escenario de la historia que se juega en este mundo porque hasta el último minuto de este mundo las fuerzas opuestas a la Luz no harán más que jugar su rol. Entonces vosotros, jugad el rol, el de vuestra eternidad, aquel donde el don de vosotros mismos es mucho más importante que todo lo que tenéis, que todas las riquezas de este mundo, todos vuestros vínculos.
Es necesario posicionarse ahora en vuestra eternidad. El Llamado de la Luz y el establecimiento de la Gracia, en totalidad, os facilita esto. Todo es simple, os los hemos repetido innumerables veces. Entonces hoy vividlo. No hay nada que comprender para esto, no hay nada que contemplar como progresión de la que sea, solo ponerse allí, en el silencio de vuestra vida, en el silencio de vuestro corazón, en el silencio de vuestro cuerpo.
Muchos de vosotros percibís el martilleo de vuestra carne por la Luz que actúa en este cuerpo perecedero. La Luz se acerca a vosotros, la Luz se aferra en vosotros, la Luz está allí. Vosotros la reconocéis, no importando lo que diga la personalidad, lo que diga vuestro cuerpo, lo que digan vuestras relaciones, o lo que se diga de manera general en este mundo. Vosotros no sois esto. Hoy, es necesario vivirlo en totalidad. No hay mejor manera de acogerme que desaparecer a vosotros mismos. No hay mejor manera de acogerme que permanecer en el don y el servicio de vosotros mismos a lo que la vida os presente, a fin que permanezcan humildes, a fin que permanezcan pacientes. La paciencia, la humildad, son la antecámara de lo que sois en eternidad. Estas son también las claves que dan a vivir mi Presencia, no ya solamente en vuestro Canal Marial sino más bien como la verdad esencial de la reconexión a la carne de mi carne, a vuestra carne y a mi carne, no la que está alterada y que perece en este mundo sino la carne original de esta matriz tan bella que hemos, yo y mis Hermanas, creado en la superficie de este mundo, para permitiros operar las varias manifestaciones de su consciencia en este mundo como en muchos otros mundos.
Hoy, el Juramento y la Promesa de la Fuente están también en el lindero vuestro. Cristo, por la Puerta Ki-Ris-Ti, penetra ya para algunos de vosotros por el Espíritu del Sol que se manifiesta a vosotros. Observad bien en vuestra vida que la manera en la que os comportáis, muy sencillamente en los actos cotidianos, traduce resistencia o abandono. Las circunstancias que habéis encontrado, como lo han repetido los Ancianos, los Arcángeles y mis Hermanas Estrellas, ha sido para vosotros la ocasión de ajustaros a la Verdad, a fin de devenir vosotros mismos la Verdad, el Camino y la Vida, así como mi Hijo lo dijo. Observad en este momento que el conjunto de creencias que podrían aún estar de pie en vuestro mundo desaparece de manera muy intensiva y extensiva. Muchas gentes se van de la Tierra actualmente, no por una muerte cualquiera, no a causa de una polución que sea sino más bien como un gran canto de libertad. No os lamentéis sobre ninguna pérdida ya que en definitiva no hay nada a perder en este mundo, ya que todo estaba ya perdido en este mundo. Hay solo que recobrar vuestra eternidad que habéis adquirido desde siempre, cualesquiera que sean los velos que hayáis portado hasta el presente. El Manto Azul de mi Gracia pondrá fin a todo velo, sin ninguna excepción.
Entonces efectivamente sí, todo os aparecerá desnudo en la Verdad Absoluta de lo que sois, los eventos, los hechos, las relaciones. Sobre todo no juzguéis, no condenéis. Cada vez que la voluntad pueda aparecer a juzgar, a condenar, a crear conflicto, preguntaos a vosotros mismos y permaneced en mí y en vosotros, allí donde todo es belleza, donde nada puede resistir en vuestra eternidad. Vosotros sois los hijos de la Gracia, incluso si hasta actualmente algunas de vuestras vidas no mostraron la Gracia, para los ojos de la carne. Esto está terminado.
Una vez más, cualquiera que sea la dureza aparente de algunas desconstrucciones y disoluciones finales, no seréis afectados por esto. Aceptad de voltear vuestra mirada, no para huir sino verdaderamente para mirar en totalidad lo que sois. No sois nada de lo que creéis, esto ha sido repetido largamente por algunas enseñanzas particularmente brillantes que han aceptado ellas también de llevar a bien esta misión en este lapso de tiempo de 31 años que nos han acompañado.
Todo se descubre, todo se revela, la potencia del Amor también. Vosotros habéis constatado la potencia de vuestro pensamiento, cuando ella está de acuerdo con el Amor por el principio de la co-creación consciente, por el principio del estado de Gracia y la acción de Gracia. Entonces hoy no caigáis en cualquier dualidad, en cualquier reacción que sea. Acoged, acoged y bendecid en mi nombre cualquier circunstancia produciéndose en vosotros.
Acoged el dolor como la alegría. Acoged la pobreza como la riqueza. Acoged a aquel que queréis como aquel que os ama. Abrid completamente las válvulas del Amor ya que solo somos esto. Todo el resto no durará y todo el resto desaparecerá en este mismo momento. Entonces no importando lo que sea que desaparezca, que la misma Gracia esté presente en vosotros, que mi Presencia os colme.
Los Arcángeles velan. Muchos de vosotros comenzáis a percibir las presencias. No solamente de los pueblos de la naturaleza, no solamente por el Canal Marial sino también de manera directa y también Cara a Cara. Esto no tiene ninguna otra implicación que ayudaros a ser lo que sois, no ya por experiencia sino verdaderamente de manera permanente y definitiva.
Vosotros habéis sido los ancladores y los sembradores de Luz, habéis sido aquellos que han propagado la palabra de diferente manera. Hoy escucháis mi palabra, ya que ella viene a poner fin a todo lo que habéis pasado, a todo lo que os parece a veces tan fácil o al contrario tan difícil. Descansad, descansad en mí como yo descanso en vosotros. No hay nada a hacer, no hay nada a pedir incluso. Sed vosotros mismos, sed ese corazón amoroso que sois, no temáis nada de este mundo ya que él no puede nada contra vosotros y cada vez lo podrá menos y menos cualesquiera que sean las apariencias.
Si vais a comer, comed; si no tenéis ya que comer, ayunad. Y si habéis dado mucho, no tenéis ya necesidad de ningún nutrimento, ni espiritual ni material, recuperad y recobrad la verdad de la Eternidad, la potencia de la Gracia, la potencia de la Luz y del Amor, aquí mismo. Ved esto, reconocedlo Para esto no tenéis necesidad ni de percepción de vuestro mental, solo tenéis necesidad de dejar discurrir vuestra vida con la misma prestancia, con el mismo Amor, con la misma incondicionalidad de vuestra Presencia.
Entonces estad felices, sed ligeros, porque pronto todo será ligero y todo será gozoso. Vivid vuestra Liberación de la forma en que vais a vivirla. Aceptad todo porque en definitiva, incluso si no lo sabéis, es muy exactamente lo que habéis escogido y decidido para vivir mi Llamado. No habrá nunca circunstancias mejores que aquellas que viven en este momento mismo, cualesquiera que sean las crisis y los sufrimientos y los rechinamientos de dientes, a veces de este cuerpo o de esta personalidad que han jugado desde vuestra última encarnación en este mundo.
Cada cosa está en su lugar. No puede existir ahora ningún error porque el marco temporal que se termina está perfectamente fijado por las fuerzas de la Luz. Entonces por su puesto, las reacciones de la sombra residual, que estén en vosotros o en el exterior de vosotros, puede aún jugar los engaños. ¿Pero cuán importante es esto comparado a la Eternidad? Pesad los pros y los contras. Mirad objetivamente con los ojos de carne lo que se desarrolla en vuestra vida. No juzguéis a los demás, no os juzguéis a sí mismos, no juzguéis lo que pase, ya que solo es la consecuencia directa de la acción de desconstrucción desde las Bodas Celestiales por el Arcángel Miguel. El Arcángel Uriel ha tomado el relevo, ya lo sabéis, la Obra al Blanco está comenzada desde hace un año y se termina ahora. Es tiempo de restaurarse a sí mismos, es tiempo de no sufrir lo que sea que pertenezca a la ilusión. A cualquier edad que usted esté hoy en día, en cualquier condición que estén, entended que solo la Gracia los salvará.
Entonces mi Llamado, que algunos de vosotros comenzáis a escuchar, no el llamado de vuestro nombre que señaló mi Llamado en la época, sino hoy el llamado de la Luz directamente, y de mi Hijo, se hace sentir en vosotros. Ved los momentos donde desaparecéis de este mundo, ved los momentos donde la paz os gana, en las circunstancias a veces las más terribles de vuestro cuerpo o de los eventos que vais a vivir, ya que sabéis que no sois esto, incluso si por el momento os afecta Esto solo está hecho para animaros a estar en vuestra eternidad.
En el momento donde mi Manto Azul se deposite sobre vuestras espaldas, en el momento donde las Trompetas suenen, no ya solamente en algunos lugares sino en el conjunto de la Tierra de manera simultánea, al mismo tiempo que las señales del cielo aparezcan, allí está la Luz. Por supuesto, las fuerzas de la sombra jugarán sobre esto para tratar de llevaros al miedo y en el conflicto, en el sufrimiento y en el desánimo, pero vosotros pertinentemente sabéis que esto no existe. Y si esto no lo percibís aún, desde el momento donde sea visible la segunda señal celeste, sabréis de manera distintiva y formal que lo que os he dicho hoy es totalmente verdadero.
Incluso si existen aún hasta este día algunas dudas en vosotros, no en relación a la solución final de este mundo sino justamente en relación a vosotros mismos, no temáis. Los eventos de este mundo que se desarrollan actualmente son muy exactamente aquellos que habían sido previstos por la Luz y para la Luz. Incluso si algunos juegan con esto y piensan poder crear problemas a la Luz, recordad que ya nada podrá permanecer oculto.
El tiempo del Apocalipsis toca a su fin. Las señales celestes van a aparecerles independientemente de la segunda Estrella, cada vez más claramente a medida que la presión de la vibración y de la Luz se vuelva cada vez más intensa sobre vuestras estructuras efímeras, a fin de hacerlas desaparecer efectivamente según el camino que habéis sido escogido por vuestra alma, por vuestro Espíritu y por vuestra consciencia.
Mirad, miraos los unos a los otros en los ojos, no os engañéis, expresad realmente la verdad de lo que sois en cada circunstancia porque si actuáis en el estado de Gracia o de la Acción de la Gracia, no podrá haber ninguna oposición ante vosotros ni entre vosotros. Solo la personalidad, la persona, el ego, como lo llamáis, puede aún ponerse a través de esto. Entonces aceptad de ver lo que puede quedar aún y sobre todo no juzguéis pero atravesadlo.
Vosotros sois los seres de Amor y sois amados de toda eternidad, ahora os falta asumir lo que sois y no ya lo que creéis ser en la superficie de este mundo. Cualquiera que sea vuestra edad, cualquiera que sea vuestra riqueza o vuestra pobreza, en cualquier nivel que sea, vais a daros cuenta de que esto es muy irrisorio. Es decir que la Eternidad gana en presencia y el efímero se apaga.
Vosotros lo sabéis, lo vivís, algunos de manera a veces más importante que los demás. Pero recordad: Los primeros serán los últimos, los últimos serán los primeros.
Entonces no os preocupéis ya, excepto de lo que se produce directamente en la carne de este cuerpo y en vuestra vida. NO hagáis ya ninguna proyección, no busquéis ya nada, sed simplemente Amor y amantes. Desde este instante allí la Gracia os colmará, las Presencias luminosas estarán a vuestros lados noche y día, como lo fueron hoy aquellos que están en los vórtices multidimensionales, las gentes de la naturaleza, o aún las Presencias que os acompañan. Que esto sea vuestros ángeles guardianes, que esto sea mi Presencia o alguna de mis Hermanas, uno de los Ancianos o toda otra Presencia que se manifieste de manera conforme y de acuerdo con la Luz, os será cada vez más accesible, cualquiera que sea vuestro estado vibral, como vosotros decís.
Así que mi Llamado de hoy es un Llamado solemne, porque no habrá otro llamado antes de mi llegada. El Llamado de la Luz está suficientemente presente cada día para no tener que buscar lo que sea como explicación, como justificación, como prueba. Sed vosotros mismos lo más simplemente posible, ni reflexionen en las consecuencias, en la más absoluta espontaneidad en cualquier relación y también en vuestro interior, en vuestra eternidad. Estad en paz e id en Paz. La Luz está en vosotros, la sangre viene a lavar las vestiduras del Cordero, el viene a llamaros uno a uno. Los Angeles del Señor, que se congregan en vuestros cielos y que son vistos cada vez más ahora, no podrán ya impedir la acción de las fuerzas Micaélicas en esta tierra, viniendo a su vez a desposar la Tierra en un estruendo cósmico que solo es la última Trompeta, aquella que hace caer los muros de la ilusión en este mundo como aquellos que puedan quedar en vosotros.
Mi Llamado solemne es un llamado al Amor, un llamado a la Verdad. En vosotros y en la manifestación de vuestra consciencia, por vuestra Presencia amorosa, vosotros sois el bálsamo. Por vuestra Presencia amorosa todo se resuelve en vosotros, sin reflexionar, sin buscar, sin tratar nada más. Ved esto ya que vais a verlo cada vez más, hasta que esto devenga cada vez más brillante, cada vez más verdadero si puedo decirlo.
Sed vosotros mismos.
Cualquiera que sea la ausencia de vibración o las vibraciones que os recorran, dejadlas recorrer libremente, también lo que llegue en vuestra vida, dejadlo llegar libremente, no os resistáis. Porque incluso lo que parezca hoy haceros reaccionar, os aparecerá como estéril en muy poco tiempo porque todo tiene un fin y el tiempo del Choque de la humanidad está realizado. Es tiempo ahora de vivirlo de manera colectiva y no ya individual. Esto entrañará un empuje formidable, si puedo decirlo, de Amor y de efusión de Amor. Muchos entre vosotros caeréis de rodillas con lágrimas, muchos de vosotros os golpearéis el pecho con una desesperación aparente por haber ignorado desde hace mucho tiempo mi Presencia y mi Llamado, y vuestra propia eternidad. Aquellos estarán salvados por mi Gracia en el último minuto. Entonces no los juzguéis, no los condenéis, ya que entre vosotros ¿conocéis la verdad de cada uno? La única verdad que conocéis, o que debéis aceptar o que deberán aceptar es que cada consciencia presente en la superficie de este planeta, cualquiera que sea su comportamiento, cualquiera que sea lo que les parezca contrario a la Luz, no hace más que reflejar el miedo que él vivió, impidiéndole descubrir su propio corazón.
No os preocupéis por nada, ni por las situaciones ni por los eventos ni por lo que sea que se desarrolle en vuestra vida. Volveos hacia vosotros mismos, volveos hacia la Eternidad, ahora el tiempo ha llegado. Es tiempo de entrar en vosotros, si para esto es necesario encontrar una gruta, encontrarla. Si para esto es necesario finalmente perdonar y encontrar aquellos que no han perdonado, entonces hacedlo, porque es el tiempo de la reconciliación, aquel donde vosotros aprendéis que sois polvo y que regresáis al polvo en vuestro cuerpo efímero.
Cualquiera que sea la forma en que esto se producirá, estaréis en la alegría, porque yo estaré en vosotros y con vosotros, porque los Hermanos intergalácticos estarán también presentes, aquellos de vuestros orígenes estelares, los de vuestros linajes. Todos estaremos allí, no para salvarlos ya que lo sabéis, solo estáis vosotros para salvaros a sí mismos acogiendo a mi Hijo en vosotros, acogiéndose a sí mismos y oyendo mi Llamado.
El Manto Azul de la Gracia os dará todo lo que es necesario para nutriros. No habrá ya necesidad de alimentos exteriores, no habrá ya necesidad de buscar en la mirada del otro el Amor porque lo descubriréis mirando en vosotros, porque vosotros lo descubriréis abriendo vuestros ojos y viendo el cielo rasgarse, poniendo fin a la ilusión de manera total.
Por supuesto esto es ahora. Vosotros lo sabéis, hay cada año, por otra parte, las fechas importantes, las fechas que son las memorias que transcendieron la memoria de este mundo y que están vinculadas a los ciclos cósmicos muy grandes incluso los que conocéis aquí desde este ciclo de encerramiento o desde todos los ciclos de encerramiento, sí algunos de entre vosotros habéis vivido muchos. Dejad estallar vuestra alegría, dejad estallar al Amor, no retengáis nada, soltad todo. El tiempo ha llegado.
Hijos bien amados, permitidme ofreceros aquí, como para todos aquellos que me oirán y que me leerán, este Llamado solemne de la Gracia, por mi presencia y por vuestra Presencia, por la Gracia de los cuatro Arcángeles que me acompañan en este instante, por el Espíritu del Sol y el Coro de los Ángeles, por el Cristo.
Yo deposito en vosotros el júbilo y la alegría, la de la Libertad,
Yo deposito en vosotros la libertad de vuestra eternidad,
Yo deposito en vosotros lo que sois, tocando a vuestra puerta.
Vosotros sois los amados del Amor porque vosotros sois el Amor amado.
Cada noche, mis bendiciones os acompañan. Todos tenéis la posibilidad, en el momento donde os acostáis para caer en el sueño, de conectaros a mi Presencia, al Manto Azul de la compasión, al Manto de la Gracia, a fin de descubrir que vosotros sois esto.
Entonces sí, el canto de alegría resuena en vosotros. Entonces si la Luz está allí, lista en totalidad. Nadie podrá ignorarla, nadie podrá negarla. Regocijaos.
Amaos los unos a los otros como él os ama. Amad sobre todo al que os quiere, amad sobre todo al que os parezca sombrío, porque todo eso no es nada en la mirada de la Eternidad. Y recordad que el que es sombrío y que está consciente, solo es simplemente el reflejo del miedo exteriorizado y manifestado, y que más allá de las capas de miedo hay el mismo Amor que el que os habita a vosotros. Entonces por supuesto estos son los seres, estas fuerzas opuestas a la Luz, que tiene más necesidad de vuestro Amor, no reenviándoles el Amor sino más bien mostrándoles que vosotros sois Amor, digan lo que le digan, hagan lo que le hagan, como fue el caso para los primeros cristianos después de la llegada de mi hijo.
Acoged...
Yo deposito en vosotros, nuevamente, la vibración primero del Arcángel Gabriel, Arcángel de la Anunciación...
A continuación yo deposito en vosotros el Manto Azul de Miguel, que es el mismo que el mío, el Guerrero de la Luz, el que porta la Luz no ya al frente sino en el corazón, se deposita en vosotros...
Yo deposito en vosotros la Gracia del Arcángel Uriel, aquel que os hace vibrar y que ha cantado los cantos de la Libertad en vosotros, que os animo a escuchar para estabilizaros en este período, no leerlos sino más bien escuchar lo que fue cantado aquí hace algunos años...
Y finalmente yo deposito en vosotros la compasión, el Amor y el sentido de la relación del Arcángel Anael, el que os acompaña en su irradiación y su Presencia, en la libertad del Amor, en la libertad de la Eternidad.
Y yo deposito finalmente en vosotros la totalidad de mi Presencia y de mi Amor, a fin de que me reconozcáis totalmente, en lo que sois y en lo que soy.
...Silencio...
Es tiempo ahora de olvidar todos los juegos a los cuales hemos jugado para permitiros llegar a este momento, a fin de despojarse de todo y de solo ser vosotros mismos, es decir vuestra Presencia eterna, que se basta a ella misma en la Gracia y la Luz que inviste este plano totalmente.
...Silencio...
Os amo, mis niños. Porque vosotros sois los hijos de la Creación, vosotros sois los hijos de la experiencia. Cualquiera que sea vuestro posicionamiento futuro en el Absoluto, en vuestros estados multidimensionales, veréis que esto no hace ninguna diferencia No busquéis alcanzar nada que no hayáis alcanzado, simplemente sed vosotros mismos. Descubriréis entonces la confianza en la Eternidad, la que se pasa de toda vibración, de toda proyección de la consciencia. Sed felices, ya que vosotros sois seres de felicidad, no la de este mundo que obedece a las satisfacciones de los placeres o deseos, sino intrínsecamente sin depender de nada más.
Entonces permitidme depositar el beso de mi Presencia sobre vuestra mejilla izquierda. Ahora que el Canal Marial está suficientemente alineado con vuestras Coronas, vais a sentirnos cada vez más presentes en vuestra carne.
Que la Paz, el Amor, la Luz y la Verdad estén presentes.
...Silencio...
Yo doy gracias a vuestra recepción, yo doy gracias a vuestra escucha, doy gracias a vuestra lectura
Mis hijos, el tiempo ha llegado. Donde sea vuestro lugar, nosotros no podremos nunca separarnos. Que estéis establecidos lo más próximo a la Fuente, que estéis establecidos más allá de toda forma de manifestación de conciencia o que hayáis decidido experimentar la materia, pero liberada del miedo, es el mismo Amor que deposito en vosotros.
Adiós.
Blog. Les Transformations
Publicado por ALICIA BOTERO en 10:24
Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
http://loqueheaprendidode.blogspot.com
http://romancesdivinossohin.blogspot.com
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