Por Barbara Hand Clow
de "Manual de Ejercicios Pleyadianos"
Siempre que llegamos al final de un gran ciclo
evolutivo, generalmente cada 5.200 o 26.000
años, los Emisarios Pleyadianos de Luz se hacen
ver. Son un colectivo con responsabilidades y
papeles diversos, incluyendo el de guardianes de
la Tierra y de este sistema solar. Como tales
guardianes vienen a abrirnos los ojos sobre
dónde nos encontramos en nuestra evolución y lo
que se necesita para dar los siguientes pasos.
Esta información incumbe, no sólo a nuestro
planeta globalmente, sino a los individuos que
tienen, como yo, una conexión personal con los pleyadianos.
Cuando mi necesidad de ellos es real siempre aparecen. Ya
se trate de necesidades de sanación y despejamiento personales o de información, o a veces sólo para tranquilizarme - o quizá para
reavivar los recuerdos de mi cometido y actos de
servicio aquí en la Tierra - los pleyadianos
siempre me han ayudado de forma significativa y
apropiada.
Existen distintos tipos de seres con
diferentes funciones dentro de los Emisarios
Pleyadianos de Luz que se han hecho cargo de
una gran variedad de necesidades en el camino.
Pero no todos los pleyadianos son miembros de
este grupo.
Ra, el ser que siempre me habla en calidad de
instructor y filósofo, forma parte de lo que se
llaman las Tribus Pleyadianas Arcangélicas de la
Luz. Estos arcángeles son los custodios de la
Tierra y de nuestro sistema solar.
Existen cuatro
Tribus Arcangélicas definidas por el color que
irradian: El amarillo dorado, el rojo escarlata, el
azul claro cielo, y el verde suave esmeralda.
Existen numerosos seres de cada color y los
seres del mismo color comparten el mismo
nombre.
Todos los miembros de la Tribu Pleyadiana
Arcangélica de color dorado se llaman Ra y
son los
guardianes de la sabiduría divina, que es el
producto de toda experiencia.
Los seres azules se llaman Ptah 18 y son
protectores y cuidadores de la naturaleza
eterna de la vida.
Ma-at es el título concedido a los seres
rojos, constituidos en guerreros espirituales;
encierran en sí la energía de la valentía
divina, que no conoce el miedo. Existen más
seres Ma-at encarnados en la Tierra que de
cualquier otro de los tres grupos
arcangélicos.
A los seres verdes se les denomina An-Ra y
encierran la energía de la comprensión y
compasión divinas.
Algunos de los arcángeles pleyadianos establecen
lazos conscientes con seres humanos como el
que Ra tiene conmigo.
Otros se especializan en
comunicaciones interestelares y planetarias que
están centralizadas en Alción, el sol central de
las Pléyades. Otros arcángeles pleyadianos
trabajan con los humanos durante nuestro tiempo
de sueño y nos muestran posibilidades que van
más allá de lo que tenemos por limitaciones
físicas.
A veces organizan sueños especiales de sanación
con los que nos liberamos del pasado y
continuamos creciendo, o encontramos nuevas
maneras de expresarnos que son más acordes
con el estado que vamos a alcanzar.
Ahora
empiezan a facilitarnos el recuerdo y la
enseñanza de modalidades ancestrales de
sanación, tales como los Ejercicios Pleyadianos
de Luz, que son el tema de los capítulos 5 al 14.
Otro tipo de comunicación con los humanos
terrestres fue el que se dio en el invierno de
1992.
Los Emisarios Pleyadianos hicieron posible
para nosotros, los que nos encontramos viviendo
vidas humanas, el viaje espacial casi instantáneo
fuera del cuerpo entre la Tierra y la constelación
pleyadiana. Hubo entonces una gran celebración,
a la que tuve el privilegio de asistir, donde se
reunieron los alumnos humanos de los Ejercicios
de Luz con los miembros de la Federación
Galáctica, incluyendo a los Emisarios Pleyadianos
de Luz. También tuve la buena suerte de
experimentar este viaje «fuera del espacio y del
tiempo» cuando me llevaron a un planeta de uno
de los sistemas solares de las Pléyades. La ida y
la vuelta fueron cuestión de segundos.
El planeta al que me llevaron era maravilloso. Los pleyadianos que lo habitan han creado el equivalente a un museo de dimensiones planetarias donde todavía sobrevive cada una de las especies que ha existido en esta galaxia, incluyendo las extintas en la Tierra.
Existen arboledas de especies que se extinguieron en la Tierra en tiempos prehistóricos. Cuidar este museo es una de las responsabilidades favoritas de sus habitantes. Sin ni siquiera haber empezado a tocar la lista de cometidos específicos de las Tribus Arcangélicas Pleyadianas, os he dado una idea general de la gran variedad de su pericia y dedicación.
Los cirujanos psíquicos y los sanadores son los otros miembros de los Emisarios Pleyadianos de Luz con los que he tenido el privilegio de trabajar. No son arcángeles pleyadianos (mi abreviatura de las Tribus Angélicas de Luz), pero su colaboración es muy estrecha. En términos generales, los arcángeles pleyadianos son los instructores que asignan las tareas a realizar.
Así como nosotros en la Tierra tenemos el Consejo Superior de los Doce que supervisa la totalidad de nuestro sistema solar, las Tribus Arcangélicas Pleyadianas de la Luz cumplen esa función en las Pléyades. Así como nosotros tenemos ángeles, guías, Maestros Ascendidos y educadores trabajando bajo la mirada de nuestro Consejo Superior de los Doce, los pleyadianos tienen numerosos grupos que sirven a sus arcángeles.
Estos arcángeles a su vez cuentan con un Ser Supremo a un nivel más amplio al que sirven como nuestro Consejo Superior al suyo. Estas jerarquías no son de señores y vasallos en el sentido de ser unos «más que» y otros «menos que». La estructura se basa simplemente en la esencia especial presente en la naturaleza de todos los seres que, al llegar a ciertos niveles de evolución, desean profundamente dar y servir a otros. Por lo que se me ha dado a entender, este deseo se basa en el Amor Divino, cuya naturaleza la mayoría de los humanos se muestran incapaces de entender.
También los mueve lo mismo que nos empuja a seguir creciendo: El deseo de que la separación llegue a su fin para ser Uno con Dios/Diosa/Todo Lo Que Existe. Estos seres superiores anhelan ser de nuevo Uno con nosotros.
Puede que los nombres de las Tribus Arcangélicas os resulten familiares: Ra, An-ra, Ma-at y Path, ya que se usaban frecuentemente en el Antiguo Egipto, sobre todo en la realeza. Los egipcios estaban en aquellos tiempos más avanzados espiritualmente que ahora. Los pleyadianos, incluyendo a las Tribus Arcangélicas, estaban en comunicación cotidiana con los antiguos egipcios, capaces de responderles durante la cima de su progreso espiritual. Aprendieron de los pleyadianos la mayor parte de sus conocimientos espirituales, prácticas de sanación, desarrollo pleno del sentido de la percepción y una comprensión de la finalidad de la Tierra dentro del sistema solar, la galaxia y más allá de la misma.
En el Antiguo Egipto muchos pleyadianos tomaron cuerpo humano, mientras otros trabajaban en dimensiones superiores, con los soñadores, videntes, sanadores, sacerdotes y sacerdotisas, incluso con la realeza. Sus objetivos comunes eran la evolución global del planeta y la raza humana, así como almacenar el suficiente conocimiento superior aquí en la Tierra para que, al llegar el momento del Gran Despertar, contásemos con lo necesario. Por supuesto, Egipto no fue la única civilización que recibió estos dones.
El planeta al que me llevaron era maravilloso. Los pleyadianos que lo habitan han creado el equivalente a un museo de dimensiones planetarias donde todavía sobrevive cada una de las especies que ha existido en esta galaxia, incluyendo las extintas en la Tierra.
Existen arboledas de especies que se extinguieron en la Tierra en tiempos prehistóricos. Cuidar este museo es una de las responsabilidades favoritas de sus habitantes. Sin ni siquiera haber empezado a tocar la lista de cometidos específicos de las Tribus Arcangélicas Pleyadianas, os he dado una idea general de la gran variedad de su pericia y dedicación.
Los cirujanos psíquicos y los sanadores son los otros miembros de los Emisarios Pleyadianos de Luz con los que he tenido el privilegio de trabajar. No son arcángeles pleyadianos (mi abreviatura de las Tribus Angélicas de Luz), pero su colaboración es muy estrecha. En términos generales, los arcángeles pleyadianos son los instructores que asignan las tareas a realizar.
Así como nosotros en la Tierra tenemos el Consejo Superior de los Doce que supervisa la totalidad de nuestro sistema solar, las Tribus Arcangélicas Pleyadianas de la Luz cumplen esa función en las Pléyades. Así como nosotros tenemos ángeles, guías, Maestros Ascendidos y educadores trabajando bajo la mirada de nuestro Consejo Superior de los Doce, los pleyadianos tienen numerosos grupos que sirven a sus arcángeles.
Estos arcángeles a su vez cuentan con un Ser Supremo a un nivel más amplio al que sirven como nuestro Consejo Superior al suyo. Estas jerarquías no son de señores y vasallos en el sentido de ser unos «más que» y otros «menos que». La estructura se basa simplemente en la esencia especial presente en la naturaleza de todos los seres que, al llegar a ciertos niveles de evolución, desean profundamente dar y servir a otros. Por lo que se me ha dado a entender, este deseo se basa en el Amor Divino, cuya naturaleza la mayoría de los humanos se muestran incapaces de entender.
También los mueve lo mismo que nos empuja a seguir creciendo: El deseo de que la separación llegue a su fin para ser Uno con Dios/Diosa/Todo Lo Que Existe. Estos seres superiores anhelan ser de nuevo Uno con nosotros.
Puede que los nombres de las Tribus Arcangélicas os resulten familiares: Ra, An-ra, Ma-at y Path, ya que se usaban frecuentemente en el Antiguo Egipto, sobre todo en la realeza. Los egipcios estaban en aquellos tiempos más avanzados espiritualmente que ahora. Los pleyadianos, incluyendo a las Tribus Arcangélicas, estaban en comunicación cotidiana con los antiguos egipcios, capaces de responderles durante la cima de su progreso espiritual. Aprendieron de los pleyadianos la mayor parte de sus conocimientos espirituales, prácticas de sanación, desarrollo pleno del sentido de la percepción y una comprensión de la finalidad de la Tierra dentro del sistema solar, la galaxia y más allá de la misma.
En el Antiguo Egipto muchos pleyadianos tomaron cuerpo humano, mientras otros trabajaban en dimensiones superiores, con los soñadores, videntes, sanadores, sacerdotes y sacerdotisas, incluso con la realeza. Sus objetivos comunes eran la evolución global del planeta y la raza humana, así como almacenar el suficiente conocimiento superior aquí en la Tierra para que, al llegar el momento del Gran Despertar, contásemos con lo necesario. Por supuesto, Egipto no fue la única civilización que recibió estos dones.
Publicado por Norberto Barichia
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Re-Publicado por ANSHELINA, la Luz que llama a despertar
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