El olor del café me somete y me lleva al inconsciente del placer de vivir en ésta tierra tan prodigiosa y tan espléndida. ¡No pienso, no siento, sólo soy... existo....mmmmm y saboreo hasta adentro!....
Amanece suave y fríamente..... el olor del rocío impregnado en la hierba fresca, es un gran estimulante que me insta a abrir mis ojos que se resisten a salir de su amoroso descanso. Por mi ventana se asoman la niebla y la tenue caricia de un sol que recién despierta...
Afuera, el silencio se acompaña a sí mismo con los cantos rumberos de los pájaros madrugadores que por todos lados revoletean. Me estremezco entre las sábanas soñando despierta con una jícara de café humeante y transparente, que sospecho está siendo preparado en la cocina donde las preciosas manos alquimistas hacen de los alimentos todo un arte....
Mi vista recorre la habitación completa, la contemplo maravillada de que sea tan como yo, tan mía de mí, que ni la siento... ¿Estoy dormida o despierta? ¿Está realmente hecha o sólo la imagino en las dulces veredas del mar intangible de las ideas?..... ¿es así tan sutil como lo es un sueño, como lo es todo lo que se desea desde el alma abierta?.
Al levantarme, mis pies saludan las frescas lozas de piedra; ellos responden a su textura activando los sensores de la vida ocultos entre sus líneas secretas... qué placer es la vida....abro las ventanas, adivinando de antemano el olor húmedo que cobija a la tierra. Respiro luz, expiro vida....y contemplo.... pequeñas veredas llenas de encanto, bordadas de flores que empiezan y terminan en casas lindas pequeñas, casas que emergen de la misma naturaleza, que no rompen su encanto sino que parecieran nacidas y paridas por ella.
Cada una cobija un misterio. Son iguales en materiales y texturas, pero tan únicas como sus propios dueños. Tienen la esencia de los mexicanos dormidos en las líneas eternas, tienen sus ciencias, sus artes, sus estrellas. Casas hechas de adobe con estucos blancos pintados a mano en bajo relieves de colores, de grecas, y de recuerdos bautizados por las huestes del sin tiempo. Techos encontrados, diseñados para guardar el elixir del cielo y conducirlo por canaletas que alimentan pequeñas fosas recolectoras, que adornan el paisaje como si fueran islas de agua en el océano mismo de la tierra.
Planeado este desarrollo comunal, desde las bases del ordenamiento cósmico, su observancia pareciera un pedazo de paraíso recuperado en éste hermoso planeta azul que nos alberga. Todo encaja en sincronía de tal forma, que se escucha dentro del silencio, la melodía suave que emana de la armonización perfecta.
Árboles circundantes que ensombrecen pertinentes y amorosos las zonas de descanso entre las marcadas veredas. De ellos cuelgan orquídeas silvestres como joyas preciosas que condecoran su amable gallardía. Huele a luz convertida en flor, que atrae sin pretenderlo a las coquetas mariposas multicolores que se pasean bailando por todos lados.
Me lavo la cara, me pongo una banda en el pelo y me deslizo en mi ropa de manta para ayudar en los quehaceres tempraneros de la cocina. No lo digo, pero éste es mi lugar favorito. Las cocinas son lugares llenos de creatividad, distribuida en tantos placeres distintos, que parecieran verdaderos laboratorios pertenecientes a los viejos magos antiguos.
El olor del café me somete y me lleva al inconsciente del placer de vivir en ésta tierra tan prodigiosa y tan espléndida. ¡No pienso, no siento, sólo soy... existo....mmmmm y saboreo hasta adentro!....
Cazuelas, metates, molcajetes, palas de madera, chiles secos, costales con semillas de unas y de otras, una algarabía. Olores de especias contagiosas, imprudentes y seductoras.... todo un evento... quiénes hacen jugo, quiénes muelen salsas... quiénes tortillean a carcajadas.... y los otros,... frescos y radiantes a la espera.... el incitante momento previo al placer que potencializa todos tus sentidos... ¡bendita espera!...
El comedor es abierto, redondo, la cocina al centro.... ventanales de quitar y poner lo rodean... cada uno es un cuadro matizado por la creatividad de la propia naturaleza... ella genera su propio arte, con vides, flores de calabaza, plantas de maíz, girasoles, un invernadero paisaje dentro del mismo espacio dedicado a honrar la vida. Un festín de colores, sabores, formas, un homenaje a la creación, donde el sagrado alimento se convierte en el dulce encuentro de Dios con sus criaturas.... Huerto, cocina y comedor... el alfa y el omega....
Me siento a compartir el alimento de la mañana. Se hace la oración de gracias, todos miran hacia el huerto, dando amor a la naturaleza que nos provee de sus delicias, para compartinos y alimentarnos; se bendice y agradece a las manos que transforman, todos miran hacia la cocina, y después miramos al cielo para honrar la vida y a alabar a Dios en todas sus creaciones manifiestas...
Mientras saboreamos, comentamos las actividades del día. Todos tienen sus quehaceres. Algunos cuidan la tierra, otros cuidan a la comunidad, otros cuidan nuestro recinto sagrado, y unos más velan por la salud integral de todos.... de verdad somos los humanos de la Nueva Tierra...
To be continued....
Por: Maria Bertha Martínez
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"Somos quienes la VIDA espera para dar a luz una Nueva ERA, somos los hijos de la Nueva Raza Humana... el sexto Sol es nuestra herencia..."
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